miércoles, 26 de octubre de 2016

Iglesia del Salvador. III. Su interior.

 
Estamos ante la iglesia más grande de Sevilla, exceptuando la Catedral. A este templo de culto católico romano bajo la tutela de Nuestro Señor, se le ha conferido la denominación de la colegial del Divino Salvador, o más directamente conocida por la iglesia del Salvador.
La imponente arquitectura se acompasa de una riqueza interior sin parangón. No en vano dentro de sus muros nos encontramos con dos imágenes que resultan ser el máximo exponente imaginería andaluza. Nos estamos refiriendo a la inigualable talla de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, de Juan Martínez Montañés, y la del crucificado Cristo del Amor, obra de su discípulo Juan de Mesa. 

miércoles, 12 de octubre de 2016

Iglesia del Salvador. II.

 
 
“Cerremos esta iglesia antes que ocurra una desgracia”.
Dicho y hecho, ese mismo año, en 1671, se procede a la demolición y más tarde se elige a Esteban García para dirigir las obras, se toma como modelo la Catedral de Jaén por lo que se consulta a su principal arquitecto: Eufrasio López de Rojas. La obra se sufraga con la colaboración de los Pineda, Pedro Roldan y la propia Iglesia de Sevilla, muy comprometida con el proyecto. Además se cuenta con las ayudas de la feligresía. En tan solo cinco años, entre 1674 y 1679 el templo se había levantado, aunque el último ejercicio se despidió a Esteban García y lo relevó Pedro Romero. La madrugada del 24 de octubre de 1.679, con el edificio casi terminado, se desplomó el complejo con la excepción de los muros exteriores. Todas las culpas señalaron al arquitecto titular durante los primeros cuatro años de la construcción. El Cabildo no dudó a la hora de demandarlo.


miércoles, 5 de octubre de 2016

Iglesia del Salvador. I



La Iglesia del Salvador se enclava en un lugar estratégico, en el que siempre se han concentrado las distintas culturas que han pasado por esta ciudad. Consecuentemente las
Culturas: romana, visigoda, árabe y cristiana han dejado huella en este edificio y en su plaza, sin ir más lejos aquí se localizaba El Foro Romano, que siempre ha sido un hervidero de actividad. Tenderetes de frutas y verduras y todo tipo de comercios se amontonaban donde ahora los que deambulan por Sevilla se disputan una mesa en las terrazas que se solapan en este espacio abierto que antecede al templo que nos ocupa.