domingo, 31 de enero de 2021

Ánibal González Alvarez-Ossorio. el genio que le dio a Sevilla su aspecto


Un hijo le pregunta a su padre cómo sabré cuando esté un líder, un genio. A lo que el padre le responde : " lo sabrás, eso se nota si tienes la suerte de coincidir con alguien que va a sobrevivir a su época, lo percibirás.

Esto es lo que debían experimentar la gente que se encontrará con el arquitecto sevillano. Si no cómo se explica que su despedida la universidad fuera a los hombros de sus compañeros en señal de reconocimiento o qué al despedirse de este mundo en la miseria sin dejar ni siquiera un hogar dónde vivir a su familia, bastase una artículo en prensa llamando la atención sobre este tema para que se recaudara en su mayor parte en pequeñas modestas donaciones de trabajadores de la construcción que apenas llegaban a dos reales, y algunas aportaciones de mayor importe por empresas, también de la construcción. Se llegó a recaudar hasta 150 mil pesetas de la época más materiales y utensilios que también se facilitaron, así como el terreno que fue donado por el Consistorio de Sevilla, para levantar una casa a su viuda e hijos, labor que se encomendó a sus dos amigos: José Espiau y Talavera-y-Heredia. Esta vivienda se puede contemplar hoy en el número 14 de la Avenida de la Palmera con un azulejo que nos explica cómo se llevó a cabo el proceso de recaudación y construcción.