miércoles, 25 de noviembre de 2015

Archivo General de Indias. I

"En una ciudad sin mar vivo, Junto a un río con olor a sal y tierra nueva. Un río, que me trae en sus pleamares océanos lejanos, Que saben a esperanza, sangre y mestizaje. Tras esta fachada cotidiana, Que no detiene al caminante, Guardo la memoria de un pueblo Y de mil tierras unidas por océanos, Guardo cinco siglos de olor a mar. Junto a este río nací y en su orilla, Me hice piedra con ilusiones de plata, Más tarde testigo a fuerza de palabra. Me hice pasado presente y futuro, Historia y verdad, Memoria de un continente. Me hice archivo General de Indias, Memoria del nuevo Mundo. El tiempo avanza y en mis entrañas, Guardo la memoria de un continente, De una era que cambió al mundo. Mis estancias siguen siendo torres de Babel, Dónde hombres y mujeres de todo el mundo, Recuperan la memoria del pasado, Haciéndola presente y legado futuro. Mis estancias vuelven a ser recorridas por multitudes, En ellas ya no se deciden tonelajes, Ni partidas de galeones vecinos. La plata no deslumbra en mis ventanas, Y sin embargo mi piel restaurada rejuvenece, Con cada palabra, frase y memoria resucitada, Con cada conocimiento e historia mostrada, Con cada memoria perpetuada. Soy el Archivo General de Indias, Memoria del nuevo mundo, Y en mis entrañas, guardo la huella y la clave, Para comprendernos a nosotros mismos”.
“Archivo General de Indias”. Sevilla, España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Gobierno de España.


Mucho se ha escrito, y a poco que uno se lo proponga puede conocer aproximadamente la historia de este emblemático edificio. Por lo tanto seré escueto para no repetir demasiado lo que ya se dicho tantas veces.
El descubrimiento de América y la implicación del Guadalquivir, supone la participación de Sevilla, como Puerto de las Indias, consecuentemente la actividad comercial va en aumento. Los comerciantes se asientan en las gradas de la Catedral, y no dudan en cerrar sus acuerdos comerciales, resguardándose de las inclemencias del tiempo, en el interior del Templo, concretamente en la Puerta del Perdón y el Patio de los Naranjos, por estas inmediaciones en aquella época era más frecuente asistir a un apretón de mnos que cerrara un negocio que a una bendición de un trabajador del clero. Lógicamente esta situación no podía perpetuarse. Clero y comerciantes imploraban un lugar exclusivo donde se pudiera contratar libre.. Así nace la Lonja de Contratación, entre 1584 y 1598, Felipe II impulsa esta construcción, aunque no es hasta 1654 que se da por terminado el edificio y así lo refrendan testimonios de los comerciantes argumentando que no comenzaron a utilizarla hasta mediados del siglo XVII. Es posible que su uso fuese como provisional para actividades más significativas como elecciones, audiencias, juntas generales... Es evidente que los mercaderes se apañaban sólo con la planta baja. Por ello no es de extrañar que la planta alta se cediera para otros usos. Un ejemplo de esto, es el asentamiento en este espacio durante 15 años, a partir de 1660 de la Academia de Pintura cuyo padre fundador fue Bartolomé Esteban Murillo.
Sin embargo esta sede llega tarde, la situación estratégica de esta Lonja, próxima al Arenal donde arriban las embarcaciones del nuevo mundo y su cercanía a la Catedral, que representaba el poder político, y a los Alcázares, estandarte del poder real, no impide que la cada vez más dificultosa navegabilidad del río, hay que tener en cuenta que el calado de las naves cada vez era mayor, y los estragos que hizo la peste en esta ciudad (la más internacional del momento y por ello la más expuesta a las epidemias), provocaron que en 1680, se trasladara a Cádiz el Puerto de conexión con el nuevo mundo, y poco más de treinta años después también emigró la casa de contratación. La ciudad entera entro en una profunda crisis, el comercio, las riquezas… se habían ido para no volver.
Esta construcción es abandonada, y anuncia ruinas. Es ocupada por familias y no les resulta difícil convertirla en un corral de vecinos. Levantan paredes en la planta de a arriba y acomodan sus viviendas. La estructura del edificio con doble planta, que gira alrededor de un patio facilita el resto.
Sin embargo, la publicación de un par de obras en Europa van a extender mala fama de España como invasor de América,  se precisa escribir y documentar esa parte de la historia. Además la situación caótica del Archivo de Simancas, totalmente desbordado, provoca la necesidad de establecer un nuevo espacio que albergue la documentación relacionada con el nuevo mundo, dispersa entre Valladolid, Madrid, Cádiz y Sevilla. Carlos III delega en José de Gálvez y Gallardo, secretario de las Indias, quien a su vez confía en el cosmógrafo con mayor reputación del momento, Juan Bautista muñoz, quien visualiza en la Casa de la Lonja de Sevilla todos los requerimientos que necesita.

"Me parece que según va dispuesto, saldrá una cosa sólida, hermosa, arreglada i de gusto. Aún me lisongeo que pocos Príncipes han de tener un Archivo comparable con este, i que será celebrado de quantos lo vean."
Juan Bautista Muñoz (1785)
Así nace, en 1785, el Archivo de Indias. Antes, el arquitecto Lucas Cintora adapta el edificio para su nuevo cometido. 43.000 legajos, más de 8.000 mapas y dibujos e ilustraciones, ocupan más de 9 kilómetros de estanterías, y conforman el mayor archivo existente sobre la actividad de España en América y Filipinas. Constituye uno de los archivos generales (junto con el Archivo General de la Corona de Aragón y el Archivo General de Simancas) pertenecientes al Estado español. Como monumento en 1983 fue declarado bien de interés cultural, y cuatro años después junto a la Catedral, la Giralda y los Reales Alcázares de Sevilla, se catalogó como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Con estas líneas nos hacemos rápidamente conscientes, si no lo estábamos ya, de la magnificencia   del Archivo General de Indias. Si visitamos este edificio podremos visionar un documental que en 15 minutos nos delata toda su historia de una forma amena.
 
Una puntualización sobre los orígenes de la lonja de comercio, conexa de alguna forma con la entrada anterior de este blog. Toda la información que se desprende de la época nos constatan la utilización de las Gradas dela Catedral para hacer negocios, se dice que por entonces circulaban las perlas  de bolsillo a bolsillo con mucha cotidianeidad. El centro neurálgico de operaciones se situaba a la altura del Sagrario, y se extendía por la Puerta del Perdón, cuando las condiciones climatológicas eran adversas no se dudaba en refugiarse en el Patio de los Naranjos y continuar la actividad comercial. Pero si nos fijamos en la ubicación de este espacio, advertimos que es la continuación a la Alcaicería. Y esto no es casualidad, ni un caso a investigar por Iker Jiménez, sino la adopción natural de un espacio que frecuentaba esa actividad.
Curiosamente España siempre ha lidiado con críticas adversas en cuanto a su ocupación del nuevo mundo. Se intentaron disipar con la creación del Archivo de Indias, se aspiró a extinguirlas en la Exposición del 29, donde hasta la Plaza de España simboliza un abrazo al continente americano, sin embargo esto es luchar contra molinos de viento, si algo nos ha enseñado la historia es que el pueblo invadido nunca verá con buenos ojos al invasor. Pero lo cierto es que por cada motivo que aludan en contra de la actividad colonizadora de nuestro imperio, seguramente los españoles puedan argumentar otra circunstancia en la que los pueblos colonizados se beneficiaron de nuestra labor, por ejemplo la erradicación de la viruela en el continente americano hace más de dos siglos.
En 1982 un incendio sofocado por los propios funcionarios se extendió por la sección de Contaduría, y redujo a cenizas varios legajos. En 1929 también se propago otro incendio.  Esta sería la razón fundamental por la que se habilitó un túnel subterráneo que comunica con la Cilla del Cabildo, situada en la anexa calle Santo Tomás. La Cilla del Cabildo fue objeto de profundas reformas entre el 2002-2004 para ser usada por estudiantes y científicos, albergando las salas de consulta de documentación digitalizada, biblioteca, salas de conferencias y todo el servicio de administración del Archivo. Pero los documentos ya no se guardan en las estanterías de caoba que antaño elaborara Blas Forner, sino en armarios de acero protegen del fuego, la luz y la humedad.
Solo el Archivo Secreto Vaticano tiene una aureola tan legendaria como este. Si alguien aprecia esta información son los llamados cazatesoros. El caso del Odyssey ha servido para disuadir a muchos piratas del siglo XXI, ya que afortunadamente España ganó el juicio y recuperó el cargamento de “la Mercedes” casi cinco siglos después. Hay documentados más de 1500 naufragios pero descubrirlos es una ardua labor con resultados inciertos. Los piratas del Odyssey se basaron en los estudios, durante años de tres investigadores que no dudaron en denunciar la situación cuando comprobaron las intenciones de los captores.
El primer buzo data del siglo XVIII y se le debe a los numerosos naufragios acontecidos que incitaron a los ingenieros de la época a confeccionar un traje que permitiera sumergirse en el agua y aguantar lo suficiente para poder realizar labores de rescate.

Desde 1986 se desarrolla una exhaustiva labor de digitalización, permitiendo la consulta on-line, sin deterioro alguno, de la documentación. Sin embargo no pensemos que basta con escanear escritos. Se estipula que más de un 30 por ciento de los legajos presentan problemas de legibilidad debido a su antigüedad y al deterioro de los años. Por eso, la labor de los restauradores ha discurrido paralela a la digitalización de los fondos. Además se han introducido técnicas para eliminar manchas, tintas transparentadas o realzar otras desvaídas sin alterar los originales. Por todo ello no se sabe con certeza cuando concluirán los trabajos de digitalización.
Para finalizar se debe dejar constancia de algunos documentos que contiene este Registro.
Destaca por su relevancia y participación en los designios de la historia el Tratado de Tordesillas (gracias a él se delimitó el reparto de las Indias entre España y Portugal), bulas papales, escritos de incalculable valor: textos de su puño y letra de textos autógrafos de Cristóbal Colón, Fernando de Magallanes, Vasco Núñez de Balboa, Hernán Cortés o Francisco Pizarro, las relaciones de los Reyes Católicos con el descubridor de las Indias, el testamento de Juan Sebastián el Cano, y un largo etc. Desde su origen se tomó una fecha límte para incluir en este Archivo todos los documentos relativos entre las Indias y la Corona: 1760. Al pareceeeer esta labor recopilatoria se ha transgredido hasta nuestros días y hace escasamente unaño se desembolsaron 20000 euros por la carta que Juan Sebastián El Cano dirigió a Carlos I, tras finalizar su vuelta al mundo.

 
IMÁGENES
 


 



 
 




FUENTES CONSULTADAS


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