En la céntrica y breve Calle Laraña, de la que luego nos ocuparemos, en su nº 3 un ir y venir de juventud nos advierte que allí existe un inmueble repleto de vida. Si nos acercamos comprobamos que es la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, la construcción difiere de la de una universidad al uso, y destaca aún más, entre los edificios donde se exhibe: El Palacio de los Marqueses de la Motilla, y sobre todo la Iglesia de La Anunciación. Y es que la obra de la Facultad rezuma historia por los cuatro costados. Vamos a adentrarnos un poco en ella, concretamente nos remontaremos a 1565.
En febrero de 1558 los jesuitas (más formalmente se hacía llamar, miembros de la Compañá de Jesús) adquieren la residencia donde años más tarde elaborarán su sede. Como en todos los lugares donde se han instalado, la ubicación ya por aquel entonces era privilegiada. En 1565 empieza la construcción de la suntuosa iglesia que se dedica ala Anunciación de la Virgen.
En febrero de 1558 los jesuitas (más formalmente se hacía llamar, miembros de la Compañá de Jesús) adquieren la residencia donde años más tarde elaborarán su sede. Como en todos los lugares donde se han instalado, la ubicación ya por aquel entonces era privilegiada. En 1565 empieza la construcción de la suntuosa iglesia que se dedica ala Anunciación de la Virgen.
En 1579 se consagra definitivamente el templo, hasta esa fecha el conjunto que formaba la Casa Profesa se utilizó como colegio de Humanidades, se cree que Don Miguel de Cervantes Saavedra pudo haber estudiado en este centro, a partir de esa fecha ya fue exclusivamente el espacio donde residían los Jesuitas (conviene recordar que esta orden religiosa carece de conventos o monasterios, no tiene monjes ni frailes, sus fieles se dedican a la oración y su casa-sede forma parte de su lugar de meditación). Las obras de esta Casa se acometen en 1581. La vivienda estaba formada por un edificio de tres plantas de altura que se organizaba alrededor de un patio principal, donde las columnas de mármol, que todavía se conservan en la Facultad de Bellas Artes, le confieren distinción y protagonismo. El otro patio de menor volumen, que presenciamos en el interior del recinto, encierra un segundo bloque de la obra, que contaba con una salida hacia la parte trasera, la calle compañía, anteriormente denominada de la Sopa, y denominada así por la Casa Profesa de la Compañía de Jesús, tal y como se conoció a la actual Calle Laraña.
El gran patio central hacía las funciones de claustro y en su centro estuvo la escultura en bronce del hacedor de la Casa, Maese Rodrigo Santaella desde 1900 , su autoría se le concede al escultor sevillano Joaquín Bilbao. Hoy descansa en uno de los patios de la antigua Fábrica de Tabacos.
Esta antigua Casa Profesa de los jesuitas está catalogada Bien de Interés Cultural como conjunto monumental, incluyéndose, como no podía ser de otra manera, la Iglesia de la Anunciación desde 1969.
Cuando en la primavera de 1766 estalla el motín de Esquilache a consecuencia de una desorbitada subida del precio del pan, los investigadores acusan como instigadores de la revuelta a los Jesuitas. Y como estos despertaban recelos desde el mismo clero pues no admitía el poder papal totalmente, nadie sale en su defensa y se ven relegados al castigo que les impone Carlos III en 1767: la expulsión. Pablo de Olavide intenta mediar para conseguir el traslado de la Universidad a este edificio. Tras unos años de indefinición la antigua Casa Profesa se ve convertida durante 1771 en la segunda Universidad de Sevilla, conociéndose como el Colegio de Santa María de Jesús. Con la expulsión de los jesuitas la Iglesia se convirtió en la capilla de la universidad, ambas construcciones, universidad e iglesia, se conectaban desde 1568 por lla Puerta de La Concepción, situada en el claustro de la Casa.
La actividad docente se extiende continuadamente hasta los años 50, cuando se centraliza la universidad en la antigua Fábrica de Tabacos. Unos años antes, con motivo de la exposición del 29 se acometieron profundas reformas que propiciaron un signo regionalista en la fachada, aspecto que persiste hasta nuestros días. A estas reformas hay que sumar las realizadas en las medianías del siglo XIX para adaptar el edificio a las nuevas demandas que requería el paso del tiempo. Finalmente se decide que el edificio siga ejerciendo la misma labor que ha venido realizando durante más de dos siglos y se aprueba el proyecto de José Galnares Garistizabal y desde los años sesenta aquí se ubica la Universidad de las Bellas Artes de Sevilla.
Puerta de la Concepción, acceso cerrado entre la Iglesia y el patio de la Facultad. Por aquí se baja al Panteón. |
El Panteón de los Sevillanos Ilustres, aunque se sitúa y correspondería a los Dominios de la Iglesia de La Anunciación. Lo cierto es que el acceso posible que nos conduciría desde el templo hasta la Cripta con las reformas del siglo XX, ya no es posible y desde entonces la puerta de la Concepción se cerró, accediéndose únicamente desde el patio de la Facultad. Un suntuoso pasillo lateral llega a una escalera que se dirige hacia la sala epistolar (se denomina así porque ella le daba lectura a las epístolas) que nos conecta con dicho Panteón. Durante las invasiones de las tropas napoleónicas los daños causados en conventos como los de Santiago o Don Agustín, propician que se designe un lugar seguro donde llevar algunos restos funerarios. A instancias del deán López Cepero se escoge la reciente restaurada Iglesia de la Anunciación, que desde hace poco es sede universitaria, concretamente se habilita la cripta subterránea que posee. Aquella iniciativa tuvo continuidad en el tiempo, y sería en 1972 cuando el director general de Bellas Artes aboga para las reformas dejando el actual aspecto que ostenta el panteón. Aquí reposan los restos de ilustres sevillanos, como Lorenzo Suárez de Figueroa, Rodrigo Caro, Alberto Lista, Valeriano Bécquer y su hermano Gustavo Adolfo Bécquer, o bien fallecidos en la ciudad, como Benito Arias Montano, Fernán Caballero, o José Amador de los Ríos, así como también los restos de varios miembros de la familia Ponce de León. De todas, la tumba más frecuentada es la de Gustavo A. Becquer, descansa junto a su hermano Valeriano, que lo inmortalizó en el retrato más conocido del poeta, que podemos contemplar aquí. Arriba de su lápida, se exhibe un angel que transporta un libro con las rimas y un escudo con una leyenda. Es a los pies de esa figura donde los visitantes dejan sus escritos, poesías, dedicatorias o deseos…
Mención aparte merecen los fenómenos que han acompañado a este lugar. Trabajadores de este recinto: limpiadoras, vigilantes, personal de mantenimiento… tienen anécdotas que contar, ilustran con nombres y apellidos sucesos paranormales. Puertas que se abren y se cierran, luces que se encienden y se apagan, ascensores que suben y bajan, reflejos, una señora deambulando por el pasillo, susurros, sensaciones de ser seguidos, pasos, risas… ante estas manifestaciones a regañadientes o no el decano de la universidad contrató un equipo de investigación. El 4 de junio del 2004 cerca de la medianoche constataron que lo que se decía de aquel sitio tenía fundamento: psicofonías con voces y conversaciones de otra época, corrientes de aire sin fundamento, termómetros que registraban de pronto 9 grados, sensores y detectores de movimiento que parecían cobrar vida propia. Aunque estos sucesos parecen haberse calmado, no hay una explicación lógica para ellos. Se cree que la aparición que campa a sus anchas es Cecilia Bohl de Faber, dramaturga del siglo XIX, con una extensa obra. Contrajo matrimonio, después de enviudar, con un aristócrata sevillano de quien tomó su nombre para llevar su obra a buen fin, ya que en aquella época no se concebía que una mujer no se dedicara exclusivamente a las labores domésticas. Fernán Caballero fue el pseudónimo adoptado y el autor de una vasta colección. Otros atribuyen las apariciones a un tal Santiago, funcionario del lugar que falleció en extrañas circunstancias.
El Panteón es visitable, siendo el acceso gratuito, pero con un horario restringido a los viernes desde las 16:30 hasta las 19:30 horas. Sin embargo no es accesible para los usuarios de sillas de ruedas por ello dejo un video que es como yo lo he visionado.
Mención aparte merecen los fenómenos que han acompañado a este lugar. Trabajadores de este recinto: limpiadoras, vigilantes, personal de mantenimiento… tienen anécdotas que contar, ilustran con nombres y apellidos sucesos paranormales. Puertas que se abren y se cierran, luces que se encienden y se apagan, ascensores que suben y bajan, reflejos, una señora deambulando por el pasillo, susurros, sensaciones de ser seguidos, pasos, risas… ante estas manifestaciones a regañadientes o no el decano de la universidad contrató un equipo de investigación. El 4 de junio del 2004 cerca de la medianoche constataron que lo que se decía de aquel sitio tenía fundamento: psicofonías con voces y conversaciones de otra época, corrientes de aire sin fundamento, termómetros que registraban de pronto 9 grados, sensores y detectores de movimiento que parecían cobrar vida propia. Aunque estos sucesos parecen haberse calmado, no hay una explicación lógica para ellos. Se cree que la aparición que campa a sus anchas es Cecilia Bohl de Faber, dramaturga del siglo XIX, con una extensa obra. Contrajo matrimonio, después de enviudar, con un aristócrata sevillano de quien tomó su nombre para llevar su obra a buen fin, ya que en aquella época no se concebía que una mujer no se dedicara exclusivamente a las labores domésticas. Fernán Caballero fue el pseudónimo adoptado y el autor de una vasta colección. Otros atribuyen las apariciones a un tal Santiago, funcionario del lugar que falleció en extrañas circunstancias.
El Panteón es visitable, siendo el acceso gratuito, pero con un horario restringido a los viernes desde las 16:30 hasta las 19:30 horas. Sin embargo no es accesible para los usuarios de sillas de ruedas por ello dejo un video que es como yo lo he visionado.
IMÁGENES
Patio dela Facultad anexo, como se aprecia, a ls iglesia. |
Estatua decorativa del pasillo de acceso al Panteón. |
Por este lateral se accede al Panteón y a la Puerta que da a la iglesia, hoy cerrada |
patio interior de la antigua universidad, conservada por la actual facultad |
Acceso a la cantina niversitaria, no tiene nada que comentar perro es el destino más frecuentado. |
Entrada a la facultad |
Fachada de la iglesia, donde se hace mennción tanto a la capilla de la universidad, que fue el propio templo, como al Panteón |
Fachada, de tres pisos,de la facultad, altura conservada tanto de la Casa Procesa como de la antigua universidad.
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FUENTES CONSULTADAS
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