Estamos ante uno de los grandes palacios nobiliarios de Sevilla. Quizás su ubicación no deje apreciar todo su esplendor, pues queda un poco encajonado entre el Mercado de Abastos, casas y una confluencia de calles estrechas y laberínticas, sobre todo para el visitante que no se conozca la zona.
Además, juega en su contra la época en la que cayó en un deterioro muy acusado que convirtió al inmueble en objeto de saqueos continuos.
Y es que después de inaugurarse el Mercado de la feria la planta baja del palacio se habilitó como teatro, dando lugar al teatro Hércules o teatro de la Feria con un aforo aproximado para 300 espectadores (seguramente los pasos iniciados en esta época son los que han motivado que a al día de hoy se sigan usando estas instalaciones para estos menesteres).
La otra parte del edificio como casa de vecinos.
Posteriormente el patio principal acogió el cine de verano “Arrayan” que permaneció hasta principios de los sesenta del pasado siglo, saliendo de la casa los últimos vecinos pocos años después. A partir de entonces quedó como refugio para gente de mala vida y drogadictos. Coincidiendo esta época con los años más críticos de su existencia, ya que la amenaza de ruina era evidente, provocando incluso la intervención de las autoridades públicas para apuntalar la portada, pues existía riesgo de venirse abajo.
Fuente: http://leyendasdesevilla.blogspot.com.es |
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Finalmente en 1985 las manos privadas que se habían sucedido a lo largo de los años como propietarios de este inmueble dejan paso en 1985 al Ayuntamiento y una década después la Gerencia de Urbanismo toma cartas en el asunto y entre 1998 y 2002 se lleva a cabo una exhaustiva reforma que devuelve a este gigante palaciego a su genuina grandeza, no obstante hay elementos y zonas del inmueble que aunque han sido reconstruidas ya no son las originales, ni por asomo.
Don Juan de Guzmán y Torres, en la segunda mitad del siglo XV vivía en la Algaba, y su actividad en el gobierno de la ciudad, cada vez le exigía permanecer más en Sevilla por lo que mandó construir el palacio. Más tarde, Felipe II otorgó el marquesado de la Algaba a don Francisco de Guzmán y Manrique, lo que provocó una mayor dotación y dedicación que se tradujo en una mejora y ampliación de este Palacio. De estos años, sólo se conserva la actual torre portada.
Un pasaje comunicaba este palacio y la iglesia Omnium Sanctorum, ya que los marqueses eran asiduos visitantes del templo, ostentando incluso el cargo de patronos de la Capilla Mayor del Templo. Este acceso fue derribado tras la ocupación francesa.
Youtube – El Palacio de los Marqueses de la Algaba (Sevilla) |
Este edificio estaba muy ligado a la iglesia por ello las desamortizaciones también afectaron a esta propiedad pasando a intereses particulares, iniciándose el declive del inmueble.
Las intrigas palaciegas eran muy usuales en la familia de los Guzmanes, llegándose incluso a asesinatos, por otra parte, la epidemia de peste se cebó entre sus paredes, incluso el jardín se tuvo que habilitar como cementerio. Además su localización ha motivado su presencia en todos los motines y represalias que se han originado en la calle Feria, que quizás haya sido a lo largo de la historia la más reivindicativa de toda Sevilla. Es probable que estas circunstancias hayan servido como acicate para relacionar esta propiedad con sucesos paranormales susurros, sonidos de pasos, injustificables bajadas de temperatura, incluso hay quien asegura la presencia de una dama de blanco. Los trabajadores que desempeñaron las grandes obras de rehabilitación entre finales del siglo pasado y principios de este así lo atestiguaban.
El 11 de enero de 2013, el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, inauguró el Centro del Mudéjar en el palacio de los marqueses de la Algaba. Más de 100 piezas de reconocido valor constituyen al día de hoy el patrimonio artístico de esta exposición permanente.
Si se quiere saber más sobre el Palacio de los Marqueses de la Algaba, se puede visionar el siguiente video del Ayuntamiento de Sevilla.
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