En el centro de la glorieta de los Marineros Voluntarios se levanta este magnífico monumento, que podría decirse que es una fuente, que combina piedra y bronce junto a una interesante vegetación que se inserta entre estos elementos, dando como resultado un conjunto arquitectónico de cuatro niveles diseñado por el escultor Antonio Cano Correa, que tras ver como su proyecto ganaba el concurso público convocado en los 60 para realizar este monumento, no lo pudo acabar hasta 1972 cuando se aprobó la totalidad del presupuesto.
El 10 de agosto de 1519, 250 hombres zarparon de Sevilla a bordo de cinco barcos, capitaneados por Fernando de Magallanes, decidido a demostrar lo que ya se sabía: El mundo era redondo. Regresaron al mismo sitio de partida el 8 de septiembre de 1522, con tan solo 18 hombres, un solo barco, la nao victoria, y con Juan Sebastián Elcano, en el lugar de Magallanes fallecido en un enfrentamiento con los indígenas de Filipinas. Se cuenta que lo primero que hicieron los extenuados supervivientes a su regreso fue dirigirse a la Catedral de Sevilla para agradecer que aún estaban vivos. Para recordar este primer viaje alrededor del mundo el Consistorio sevillano encargó este monumento.
La tesis doctoral de este proyecto se recoge en este enlace…
http://www.antoniocano.com/El_Autor/Juan%20Sebastian%20Elcano%202.htm
Cada uno de los cuatro niveles del complejo escultórico comprende 10 figuras.
El primer nivel representa la partida desde Sevilla de la expedición, mostrando personajes de todas las clases sociales que fueron a despedir a los navegantes. Los rostros de estas representaciones están basados en modelos reales, así pues la imagen que protagoniza a la clase trabajadora plasma la propia cara del artista, su mismísimo
hijo da forma al marino esculpido, se han identificado a varias personalidades de la vida sevillana, como José Hernández Díaz, Antonio Sancho Corbacho.
En el segundo nivel se centra en el contacto de los expedicionarios con los pueblos visitados. El tercer nivel se retratan las luchas con los nativos e incluso se escenifica la muerte de Magallanes a manos de los indígenas. Por último el cuarto nivel representa el regreso de los supervivientes a Sevilla y su posterior visita a la Virgen de la Antigua en la Catedral. Una rosa de los cuatro vientos de bronce culmina la obra y contribuye a darle un talante marinero.
El autor dedicó dos años al modelaje de las caras de su escultura y un año más para tallar in situ la columna que representa los derroteros de este viaje, con la ayuda dee un único ayudante terminó con 65 años este encargo. Debió acabar extenuado porque a partir de ese momento ya no esculpió más y se dedicó a la pintura durante los 35 años que aún le restaban a su longeva vida.
A lo largo y ancho de esta ciudad nos podemos encontrar con más obras del autor: las esculturas de “Señoritas tomando el Sol” en la Glorieta de la Cigarreras en el Barrio de los Remedios, a la otra parte del puente cuyo monumento de El Cano precede, las portadas en la antigua Fábrica de Tabaco de la calle San Fernando, la portada de la Iglesia de San Lorenzo y la escultura de Alfonso X el Sabio, arrodillado en la Capilla Real de la Catedral.
Asimismo la hazaña culminada por Juan Sebastián El Cano también se homenajea en la Plaza de Cuba, junto al río, ya que desde este punto partieron los navegantes. Una especie de esfera y una placa simbolizan tal acontecimiento, que le supuso al explorador marinero el agradecimiento de Carlos I que se materializó en una renta de 500 ducados de oro anuales y un escudo con la esfera del mundo bajo una leyenda en latín que decía “El primero que me dio la vuelta”.
Fuentes
http://www.galeon.com/juliodominguez
http://parquemarialuisa-encinarosa.blogspot.com.es/
etc...
No hay comentarios:
Publicar un comentario