Los italianos tienen tan asumido que esta corriente criminal es propia que hasta la llaman “la Cosa Nostra”, voces versadas en el asunto explican la posibilidad de que la génesis de esta organización criminal no se encontrara en la península itálica.
En el siglo XV surgió en España y concretamente en Toledo una organización muy bien jerarquizada que se extendía en todos los ámbitos de una sociedad especialmente vulnerable a la corrupción y a la picaresca, desde jueces, autoridades hasta prostitutas. Era un movimiento muy bien engrasado en el que se desenvolvían por un motivo común: obtener un beneficio económico, y cuanto mayor fuera el dinero repercutido mejor. Solían actuar contra los judíos y los árabes y actuando en nombre de la Inquisición y amparándose en las leyes cristianas en contra de las costumbres y ritos religiosos prohibidos de los infieles encontraban total impunidad para llevar a cabo sus fechorías. En esta época Sevilla suponía el caldo de cultivo perfecto, esta urbe se erigió como el centro del mundo. El oro, demás metales preciosos y riquezas del nuevo continente entraban a espuertas por la ciudad. Rápidamente la actividad de esta organización se desempeñó fundamentalmente en la Sevilla del siglo XV. Se cree que esta asociación criminal recibió el nombre de la Garduña, y no lo afirmamos categóricamente al no haberse podido encontrar documentación veraz sobre su existencia, hay que tener en cuenta que hablamos de algo al margen de la ley, por lo que sus actividades y pruebas existenciales siempre se ocultaban a esto hay que sumarle los siglos que han transcurrido desde entonces. Si aboga por su veracidad y nos permite dejar a un lado el mundo de las leyendas, el personaje de Monipodio que Cervantes en su novela Rinconete y Cortadillo nos describe, siendo un mandamás del hampa que rige en la delincuencia sevillana, este protagonista novelesco debió ser miembro de la Garduña y compartió presidió con el aclamado escritor en la Cárcel Real hispalense.
En aquellos años sucedió en Toledo algo en una familia que pertenecía a la Garduña. Los tres hermanos vengaron la violación de una hermana. Por este hecho la justicia fue tras ellos, pero consiguieron escapar por el puerto de Valencia y darse a la fuga en una embarcación con destino a Sicilia, aquí permanecieron cerca de tres décadas y durante este tiempo desarrollaron las reglas y protocolos de la Garduña, viajaron a Campania y a Calabria donde además de Sicilia se enclava el origen de la Cosa Nostra. La simbiosis de estos tres hermanos con estas tierras fue tal que terminaron adoptando pseudónimos italianos, se les conocía por Osso, Mastrosso y Carcagnosso.
Y así es como conectamos el nacimiento de la Mafia con Sevilla. Seguramente no faltan las opiniones poniendo en tela de juicio la veracidad de estos hechos y enmarcando todo esto dentro de las leyendas. Pero como decimos en este blog, “no dejes que la verdad te estropeé una buena historia.”
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