jueves, 11 de marzo de 2021

Fábrica de vidrios, "la Trinidad"


Luis Rodríguez Caso, como primera medida contactó con un experimentado trabajador del gremio del vidrio: el belga Francisco Thirion, al que contrató como primer director técnico, éste ya había trabajado en una fábrica de vidrio barcelonesa. El consumado ingeniero ya se había asegurado de alguna forma la mano de obra especializada.


Primer Logotipo de la Fábrica de Vidrio


Con el recién contratado director comenzó una saga de vidrieros que trabajaron en esta fábrica hasta la década de 1970. Costear el levantamiento de la fábrica era cuestión de recursos y por suerte Rodríguez Caso disponía de ellos, él era un reconocido industrial de la época con posibles. De hecho, fue uno de los principales precursores de la Exposición Ibero-Americana de 1929, sino fue el que más influyó para traer este acontecimiento a Sevilla.


En su cabeza ya estaban los cimientos de un negocio que perduraría todo el siglo XX. En 1900 ya estaba en marcha, la fábrica de vidrio “La Trinidad”, como se denominó desde un principio. Se situaba al noreste del centro histórico de la ciudad de Sevilla, ocupando una amplia parcela en una manzana delimitada por las vías: avenida de Miraflores, calle Almadén de la Plata, carretera de Carmona y calle San Juan Bosco. Existe constancia que el 15 de Octubre de 1900, el ingeniero y militar Luis Rodríguez Caso presentó en el ayuntamiento de Sevilla la solicitud para la instalación de una fábrica de vidrios y cristales, huecos y planos, que se encontraría ubicada en la avenida de Miraflores.
Trabajadores en la planta de fundición (años 30) Fuente: Julián Sobrino (Estudio Histórico-Gráfico de la fábrica de vidrio “La Trinidad“ de Sevilla Rocío) Fernández Olmo Simal)

Trabajadoras embalando el vidrio (años 30) Fuente: Julián Sobrino (Estudio Histórico-Gráfico de la fábrica de vidrio “La Trinidad“ de Sevilla Rocío) Fernández Olmo Simal)


Aunque la intención de Luis Rodríguez Caso era la fabricación de vidrios huecos y planos, la realidad, es que prácticamente desde su fundación, La Trinidad se especializó en la producción de vidrio soplado. En la actualidad se mantienen dos formas de fabricación del vidrio: el vidrio industrial y el vidrio artesanal, aunque se podría decir que La Trinidad fue un híbrido de las dos. Es decir, estaríamos ante un proceso de fabricación del vidrio que se puede llamar semi-industrial. Encontrándose mucho más cercana en sus técnicas y usos productivos a la artesanía que a la industria en cadena. El proceso de producción de vidrio de esta fábrica era muy similar al proceso de fabricación que se usaba para el cristal de Murano en Italia y el de la Real Fábrica de cristales de la Granja en Segovia.
En 1920, la fábrica cambia de dueño por primera vez, pasando a ser propietario Fernando Barón. Una década después vuelve a cambiar de dueño, pasando a manos de la familia Medina de Benjumea. Una vez que ha terminado la guerra civil, hacia la década de los cuarenta, se relanza la actividad de la fábrica. Se produce otro cambio de dueño en la fábrica en 1945, siendo la nueva propietaria la Unión Nacional de Cooperativas Industriales que la compra a la familia Medina Benjumea por una cantidad de 1.850.000 pesetas. Un año después, en 1946, la Cooperativa adquiere el patrimonio, donde se ubica, a la Unión Nacional de Cooperativas Obreras.
En cuanto al edificio físico del negocio, la primera reforma está datada en 1924, y fue llevada a cabo por el arquitecto Vicente Traver. Dos años más tarde el inmueble experimenta otra reforma encomendada al arquitecto Ramón Balbuena.
 En 1930 la fábrica llegó a tener 500 empleados. Es una de las décadas principales en cuanto a transformaciones sociales de la fábrica. Su masa proletaria, desde sus comienzos, contemplaba un gran componente familiar. Esta condición, en mayor o menor medida provocaría que este negocio adoleciera de un mal común en la mayoría de las empresas familiares de este país: el síndrome de la pirámide invertida. 
Esta época se encuentra marcada por la falta de acuerdo entre los trabajadores y la empresa, imposibilitando que la producción sea regular y provoca que Medina Benjumea ceda la fábrica a los trabajadores por un periodo de 10 años. Concretamente reza el 16 de diciembre de 1934 como la fecha en que se constituyó la Sociedad Cooperativa Obrera La Trinidad, que fue la primera en Andalucía. Los continuos altercados con los trabajadores sólo dejo esta vía y esta receta se mantuvo, perviviendo incluso durante la Guerra Civil y durante los difíciles años de posguerra posteriores, se ha mantenido en La Trinidad hasta el año 1993, cuando se constituye como Sociedad Anónima Laboral.
logotipo tradicional


Los años conflictivos y de depresión pasan y llegan los 50, se asienta la demanda de los principales mercados donde opera “La Trinidad”, nos referimos al sector nacional de vinos y licores. La década de los 60 supone el gran despegue económico, el poder adquisitivo de la clase media gana enteros progresivamente y este estamento social está llamado a encaramarse en el nivel más alto de los futuros clientes del negocio.
Esos prósperos ejercicios económicos dan paso a una desescalada imparable de la fábrica, provocada por la llegada de nuevos productos al mercado, de la crisis de la economía española de 1973 y de nuevas técnicas de fabricación en serie. Lamentablemente “la Trinidad” no se amoldó a los nuevos tiempos, y esto provocó que su defunción estuviera escrita a falta de ponerle la fecha exacta de su desaparición: en 1999 se pone fin a la actividad y cierra la fábrica. Desde 1902, año exacto en el que la fábrica empezó su producción hasta su definitiva desaparición este complejo fabril ha vivido, beneficiándose y resistiendo todos los cambios que el siglo XX ha provocado.
Durante la primera década de éste siglo se inició una demanda colectiva para que se procediera a la apertura de la fábrica de Miraflores, y se destinará a fines sociales, como se plasma en el siguiente escrito…
Ventanas tapiadas en la nave principal. JUAN CARLOS VÁZQUEZ

Incluso se inició una plataforma ciudadana en el 2002 tal efecto…
https://plataforma-fabrica-de-vidrio-la-trinidad.webnode.es/

Finalmente, no ha sido fácil reconducir el futuro de una finca que sigue arrastrando algunos problemas, pero el Ayuntamiento de Sevilla logró cerrar en el anterior mandato un acuerdo con la junta de compensación de la fábrica que permitió desbloquear su situación de un enclave estratégico en la ciudad.
Para intentar contentar a todas las partes el Consistorio sevillano garantizó la compatibilidad de los usos residenciales con la protección del patrimonio que encierra la finca y que debe protegerse. Y fijando que estos elementos se conserven y se cedan a la ciudad para generar nuevos equipamientos para el barrio, en total, una superficie de 1.578 metros cuadrados catalogados como suelo de interés público y social.
En concreto, hay áreas libres que comprenden los terrenos que rodean por el sur el recinto original de la Fábrica de La Trinidad que se quedarán como plazas urbanas y viarios con pequeñas zonas ajardinadas con arbolado, en total, 14.000 metros cuadrados de espacios libres. Y se construirán, como estaba previsto en el un máximo de 240 viviendas.
Este es el final de lo que un día fue el sustento económico de miles de sevillanos.

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