Mejores tiempos han conocido la vilipendiada Plaza del Pumarejo y su casa-palacio que le da nombre, textual en un primer momento, luego y hasta nuestros tiempos se ha abreviado, sustrayendo el nombre, Pedro, e incluso se le ha conocido por Espumarejo. Esta zona quedaba dentro de los muros, era un espacio, seguro, defendido y bien ubicado, cerca de la Macarena. Se podría concluir que estábamos ante un barrio de abolengo. Tanto es así que Don Pedro Pumarejo, haciendo uso de los derechos que recogía su cargo como caballero veinticuatro del cabildo sevillano, en 1775, derriba unas sesenta viviendas, dejando un solar diáfano, no solo para albergar el palacio de algo menos de 2.000 metros cuadrados que tenía en su cabeza, sino para disfrutar de un espacio generoso y despejado que magnificara su palacio mudejar, característico del siglo XVIII con dos alturas, cuya construcción gira en torno a dos patios interiores: el noble y el de servicio. Es así como se fraguó la Plaza, que antiguamente se adornaba con una suntuosa fuente, que se abastecía de los Caños de Carmona.
Poco tiempo sería estancia de la dinastía de los Pumarejo, pues en 1802 el hermano Toribio de Velasco, implanta allí el seminario de los Niños Toribios, institución que con su muerte tiene que desalojar el edificio en 1838. Catorce años permanece desierta la Casa-Palacio, hasta que se acondiciona el edificio para alojar a las familias damnificadas por las riadas del Guadalquivir, aunque más tarde se dedicara a un colegio de adultos, su destino ya estaba escrito y posteriormente se convirtió en un corral de vecinos y en la planta baja se establecieron talleres y comercios. Aunque la construcción sufriera algunas reformas, a nivel interior, su estructura sigue siendo la misma. Esta característica provoca que en el barrio, a este palacio simplemente se le conozca como La Casa.
|
Aquí figura el escudo de armas dela familia |
En esta plaza desembocan cuatro vías: Fray Diego de Cádiz, Aniceto Sáenz, Torreblanca y Relator. Por esta razón originariamente se conocía por Cuatro Cantillos, y es bajo este nombre, aunque no se consideraba por aquel entonces plaza, paso la comitiva de los Reyes Católicos y la de Carlos I cuando iba a desposar a su prima Isabel de Portugal.
El destino quiso que esta zona fuera frecuentada, cada vez más, por gente de dudosa honradez. Los altercados, riñas, hurtos… eran habituales. La plaza se convertía por momentos en un buffet social de metadona. Con este panorama no tardaron en aparecer “los buitres inmobiliarios” y empezaron a provocar la mudanza de vecinos en su mayoría ancianos, con el propósito de construir un acogedor hotel estiloso, para ello ya habían conseguido el beneplácito sobre la venta de dos de los cuatro herederos de la Casa del Pumarejo. Fue entonces cuando el barrio articuló una asociación de vecinos y en el 2003 consiguieron que se declarara bien de interés cultural, paralizando estas corrientes especulativas. En la casa del
|
Puerta principal del Palacio del Pumarejo |
Pumarejo se puede asistir tanto a un recital de poesía, como al cine de verano o a clases gratuitas de español para extranjeros. Sin embargo sobre el ambiente planea la suspensión del convenio de cesión del Ayuntamiento, a modo de amenaza. Este es el sino de un barrio humilde y trabajador que lucha por esquivar la mala fama que le precede e intenta seguir de alguna forma a la cercana vía de la Alameda de Hércules convertirse en un barrio alternativo. Como ejemplo de esto, basta dejar constancia que posee una moneda social llamada puma, la cual
|
cantoautor, Luis Ramiro, en la sala |
es complementaria al euro basada en el sistema de monedas complementarias. Concretamente destacan algunos comercios de la plaza que dan vida a la plaza como… la Bodega Camacho, Bar Umbrete o Bar Julián, la tienda de ultramarinos Comestibles Alonso de la calle San Luis, o el nuevo espacio de conciertos La Sala.
A continuación explicaremos brevemente, en una próxima entrada, lo que significaba ser un caballero veinticuatro, que aunque no guarde demasiada relación con esta plaza, sí con su fundador: Don Pedro de Pumarejo.
|
Callejuelas del barrio, con cierto encanto |
¿No falleció el hermano Toribio en 1730?
ResponderEliminarSí, gracias por el toque de atención. Me centre en la fecha en que la institución que fundara el hermano Toribio se trasladó a la Plaza del Pumarejo, y asigne por error a la existencia del propio fundador , esas fechas. Ya hee incluiodo en el post un anexo que rectifica esta información
ResponderEliminar