jueves, 21 de octubre de 2021

Casa-Palacio de los Pinelo



Fuente: Artepolis

La Casa Palacio Pinelo, originariamente el número 35 de la calle Abades, de alguna forma vela por la cultura sevillana, así lo atestigua las dos solemnes Reales Academias a las que da cobijo. Pero vamos a detenernos brevemente en la extensa historia de este edificio sevillano.
Jerónimo Pinelo, hermano de Pedro Pinelo fue el propietario de este palacio que a instancias suyas se levantó a comienzos del XVI, por lo que se puede decir que consta de un origen medieval.
Canónigo descendiente de los Pinelo, en los jardines-patio de esta casa-palacio. Fuente: Diario de Sevilla

Miembro de una familia acomodada y pudiente, vástago del banquero genovés, y Factor de la Casa de Contratación. Don Francisco Pinelo se estima que desde el 12 de abril de 1486 fu canónigo de la Catedral, su hermano también compartió la misma ocupación. Aunque Jerónimo compatibilizó esta vocación con el cargo de Alcalde Mayor de Cantillana y el puesto de maestrescuela desde 1491 hasta el final de sus días en 1520, según consta en su féretro, que descansa junto  a los restos de sus padres en la Capilla del Pilar de la Catedral de Sevilla. 

La casa mezcla el estilo renacentista y el mudéjar, cumpliendo con la tradición de la mayoría de casas palacio sevillanas, cuenta además entre sus elementos más destacables, con dos patios, una capilla, una sala con objetos procedentes de China y Japón.

Fuente: engranajes culturales
Aunque llevara una vida algo austera en algunas facetas, es cierto que su patrimonio, bueno mejor dicho el de su familia, ya que su riqueza venía de cuna, no casaba muy bien con el voto de pobreza que se le presupone al clero, pero todo ello estaba de sobra justificado si la Iglesia era la heredera, y así fue ya que la casa fue donada al Cabildo de la Catedral y utilizada como residencia del clero.
Recurrimos a una detallada descripción que nos facilita el escritor Manuel Álvarez Benavides, antes de que se consumara la famosa Desamortización de Mendizábal en 1836-37: “El patio se compone de tres corredores, formados por quince columnas y sus arcos tallados en yeso no carecen de mérito, ni mucho menos de originalidad; las ventanas de las habitaciones bajas, son igualmente de un trabajo singular y delicado con una columna cilíndrica de muy pequeño grosor. No son menos de notar tanto los techos sostenidos con vigas de grandes dimensiones decoradas con el mejor gusto. En la planta baja hacia la escalera es de notar la columna, entre el citado patio principal y un extenso jardín sostienen los tres arcos que la forma, está compuesta por cuatro medios cilindros o boceles en sentido de su longitud, haciendo codillos en la mitad; su base y capitel también están de acuerdo con este capricho del arte, perfectamente cincelado y bien construido. Alaba el dicho autor la reja de hierro forjado que da luz a la escalera principal, obra espléndida del arte gótico florido.”
Como consecuencia del proceso de desamortización este palacio cambia de manos, pasando a formar parte de la Corona. Seguidamente, bajo el reinado de Isabel II, el día 1 de marzo de 1856, a las doce de la mañana en la galería alta de las Casas Consistoriales de esta ciudad, en presencia del Juez de lª Instancia la finca urbana en Sevilla, que se corresponde con esta casa, ubicada en la calle Abades número 6 -antes 35- que perteneció al Ilmo. Cabildo Catedral, es adquirida en subasta pública por Don Francisco Camino y Camino mediante 80.000 escudos, pagándose dicho precio con oro, plata, billetes y papel…
Incluso a títlo honorífico se llegaron a acuñar unas monedass comerciales, que carecen de valor comercial. Fuente: Todo colección
La familia Camino irrumpe en Sevilla en el siglo XIX, con un innovador negocio nunca visto hasta aquel entonces que atendía al nombre “Basilio del Camino y Hnos” consistente en comerciar con tejidos en grandes almacenes, que era totalmente novedosos a los ojos de los sevillanos. La apertura de los Almacenes Camino, que después de muchos años -siglo y medio- se siguieron conociendo por el nombre de sus fundadores en la calle Francos, fue otra gran propiedad de esta acaudalada familia, pero este no es el objeto de este post. Lo importante, llegados a este punto es que la casa de los Pinelo fue transformada en establecimiento mercantil privado, y correspondía  dar una finalidad a tan cuantiosa inversión.
Tras un periplo de circunstancias son tres importantes familias quienes se encargan de rentabilizar dicha inversión mediante una sucesiva explotación del inmueble, al mismo tiempo que la cadena sucesoria va asignando la propiedad a diferentes titulares, como detallamos a continuación…
El inmueble fue utilizado como cochera, con sus correspondientes caballerías, cuadras, guarniciones, etc. 
Durante algún tiempo, fue acreditado colegio de enseñanza primaria dirigido por D. Juan Naranjo, de quien no tenemos noticias. 
En 1885 el presbítero Don Marcos de la Rosa Jurado comienza a regentar una casa de huéspedes en este edificio con la denominación de «Pensión Don Marcos», que con los años, gozó de gran prestigio desde la última década de finales del XIX hasta los años cincuenta del XX, por la seriedad y formalidad de sus clientes. Esta función perduró hasta la década de 1950. 
Autor-desconocido-Fotografias-del-patio-principal-1950

El 5 de febrero de 1954 fue declarada Monumento Nacional y unos años después su última propietaria, Dº María Susana Pérez de Guzmán y Pickman, bien entrados los sesenta vende el inmueble al Ayuntamiento de Sevilla.
…Con el fallecimiento de Francisco Camino la casa pasa a su única hija, que era heredera universal, sin embargo su muerte temprana propicia que la casa de los Pinelo recalé a su madre y viuda del primer propietario: Dª Dolores de la Portilla y Portilla.
Transcurren generaciones y finalmente la nieta de Don Carlos Pickman y Jones , Dº María Susana Pérez de Guzmán y Pickman, contrae matrimonio con Don José Domingo de la Portilla. Este matrimonio incorpora a su patrimonio la finca nº 6 de le calle Abades por la familia Portilla. Al fallecer el único hijo de ambos la casa-palacio finalmente corresponde a su madre, Dº María Susana Pérez de Guzmán y Pickman. Aquí entra en escena Don Florentino Pérez Embid, relevante historiador sevillano que dejo una gran huella en pro de la conservación del patrimonio histórico hispalense. Nada tiene que ver con el actual presidente del Real Madrid, por si alguna mente está haciendo cavalas. Hay una lápida de agradecimiento que la que las Academias colocaron en la entrada de la casa Pinelo en recuerdo de tal benefactor. Además, anualmente con el acreditado Premio que lleva su nombre se intenta homenajear a este ilustre historiador que hizo tanto por esta propiedad entre otras. Definitivamente y una vez reformado, la propietaria Doña María Pérez de Guzmán y Pickman, decide vender el inmueble por 5.455.455 ptas, al Ayuntamiento de la ciudad.
Finalmente vemos como la propiedad ha recalado al erario público el 9 de agosto de 1966, y este hecho es determinante para que se integren en este inmueble las dos Reales Academias a las que reúne.



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