La Plaza del Cabildo.

En Sevilla, en pleno bullicio junto a la catedral existe una plaza semicircular que sorprende tanto por su belleza como por ser un remanso de paz y tranquilidad en contrapunto a la algarabía que podemos experimentar a escasos metros. Nos referimos a la Plaza del Cabildo.

Tres accesos contiene este patio semicircular: por la Avenida de la Constitución, que podríamos seleccionarla como la principal, además de conservarse aquí el único reducto del colegio que fue extinguido, su portada, por la calle Almirantazgo y por la calle Arfe, estas tres entradas permanecen cerradas durante la noche.

En esta zona residía el antiguo colegio de San Miguel, adscrito al Cabildo Catedralicio. Bajo el reinado de Alfonso X, el sabio, se fija la inauguración de este espacio docente alrededor del siglo XIII. Sobre el año 1950 se procede al derribo de este edificio y en el solar resultante se encarga al arquitecto Joaquín Barquín Barrón que realice esta plaza,  asimismo las arcadas decoradas pictóricamente son obra del pintor sevillano José Palomar. 

Sobre las arcadas hay edificadas hasta tres plantas. En el interior de la plaza semicircular se encuentra una fuente, diversos comercios y unos 50 metros conservados de la antigua. .

En este lugar también estuvo la residencia del maestro de Capilla de la Catedral, que tenía a su cuidado a los niños seises que provenían del antiguo colegio. Allí vivían y se educaban al cuidado de este canónigo. 

El único momento en que este espacio pierde su tranquilidad es el domingo por la mañana, hasta la hora del almuerzo aproximadamente, en que  esta plaza está establecida como el mercadillo dominical de sellos que antaño se reunía en la plaza de Santa Marta. Numerosos puestos de filatelia, numismática y objetos de coleccionismo en general, hacen las delicias de los seguidores de esta disciplinas.