Se cuenta que a finales del XVI, por la zona de Triana, en el fondo de un pozo se encontró la imagen de una Virgen, seguramente aquella pieza había sido escondida para evitar su expolio y destrucción, ocultar sus santos venerados y demás cultos era habitual entre los cristianos para impedir que cayeran en manos de los infieles, que dominaban estas tierras.
A este hecho se le atribuyo la categoría de milagro y no se tardó mucho tiempo en fundar una hermandad alrededor del hallazgo.
A este hecho se le atribuyo la categoría de milagro y no se tardó mucho tiempo en fundar una hermandad alrededor del hallazgo.