miércoles, 14 de septiembre de 2016

Parque María Luisa. Final.



La Plaza América se encuentra delimitada por tres relevantes edificios que hablan por si solos, nos referimos a el Pabellón Real, actualmente usado como oficinas del Ayuntamiento, El Pabellón de las Bellas Artes, hoy Museo Arqueológico de Sevilla y el Museo de Artes y Costumbres Populares, antiguo Pabellón Mudéjar. Estos edificios como el propio diseño de esta Plaza son autoría del afamado arquitecto sevillano Aníbal González,
 

 


pero también se dejan ver rodeando esta zona unas efigies sobre unos altos pedestales a modo de columnas, con el sello de tres conocidos escultores, dos de ellos habituales en el parque: Lorenzo Coullant Valera, Manuel Delgado Brackembury y otro menos repetido: Pedro Carbonell.



Son las dieciséis reproducciones de la diosa griega que representa la victoria,


 
 
Estos autores plasmaron a la fémina con alas, ataviada con una túnica que deja ver el contorno de su figura, con una leve torsión que le permite adecuarse donde se erigía, en la proa de un barco. Esta imagen helenística es representativa de la cultura griega, la talla fue descubierta en Turquía, en  el año  1863 por el vicecónsul francés, aficionado arqueólogo, que en las excavaciones de la isla de Samotracia encontró este preciado tesoro que constituye una de las piezas más emblemáticas del Museo del Louvre. El origen de esta efigie se ha fijado en el siglo II a.c., siendo la más famosa representación artística de la victoria con alas. Por todo ello se denomina victoria alada de Samotracia o Nike de Samotracia, ya que niké esta relacionado con la victoria y en Atenas, el término “niké” se usaba como epíteto de Atenea. De ahí toma su nombre la famosa marca deportiva de la actualidad.


Como ya dijimos nada es casual en el Parque, quiso su creador que la Plaza América fuera una continua referencia al mundo clásico (griego y romano) por ello promovió las representaciones de las victorias aladas, en altos pedestales que hicieran imposible mutilarles las alas, la elección de una piedra caliza de baja calidad es la responsable del deterioro sufrido por las figuras a lo largo de los años.Por lo tanto estas diosas de la victoria representaban la victoria de Sevilla y del mundo iberoamericano, todo encerraba un sentido alegórico.



Las 16 representaciones que se levantan en el parque son diferentes, siendo la más fiel a la nike de Samotracia, la única que se encuentra sin cabeza tal y como se expone en el Louvre la original.
Aquí se ubican las diosas representadas:
*La Plaza de América por la Avda de las Delicias, junto a la Cafetería Alfonso.
*(2) Calles laterales del Museo Arqueológico.
*(2) Ambos extremos de la fachada principal del Museo Arqueológico.
*(2) Laterales del Museo Arqueológico junto al Pabellón Real.
*(2) Ambos lados del Pabellón Real, con sendas avenidas (en el flanco izquierdo se encuentra la única figura sin cabeza).
*(2) Avenida entre el Pabellón Real y el Museo de Artes y Costumbres Popul. *(2) Los dos lados de la fachada del Museo de Artes y Costumbres Populares
*(2) Lateral del Museo de Artes y Costumbres junto a la Cafetería Bilindo
* La Plaza de América por la Avenida de las Delicias, junto a la Caf. Bilindo.


Por último decir que todos estos espacios fueron inmortalizados en el largometraje rodado en Andalucía en 1975: “El viento y el león”.

A las espaldas del Pabellón Real, lindando con la Plaza de América nos encontramos con el kiosco Abilio, regentado desde 1929 por Abilio Jesús Cabrera y a su fallecimiento, pasando el relevo a su hija. Lo más destacable de este habitáculo son sus años, y es que casi 90 años dan para mucho,  imaginemos lo que podría contar esa barra, abierta por vez primera a esos innumerables visitantes del 29. Este local fue aguador y vestuario de los balompedistas de la Sociedad Sevilla Balompié, que terminó siendo el actual Real Betis Balompié. A pocos metros de este kiosco en la década de los 50 la olor a gasolina y los ruidosas motos del circuito urbano de motocicletas del Parque de María Luisa se mezclaban con los clientes del Abilio.


A consecuencia de la exposición iberoamericana se abrieron muchos Pabellones: el de Domecq, el Real, a la Prensa e Información, de las Bellas Artes, el Mudéjar, el de Maggi, el de la Casa Codorniú, el de cada comunidad autónoma, el de cada provincia andaluza, los de cada país del continente americano, el de la sociedad Nestle, el de Osborne y la Cruzcampo, los coloniales, el de Zotal, el del nuevo casino, el de la Cruz Roja, el del aceie y la agricultura, y un largo etcétera. Todo eran Pabellones, pero no podía recibir una denominación más apropiada este kiosco-bar, conocidos tradicionalmente por ser un establecimiento abierto, integrado en el entorno donde se explota, de construcción ligera y sencilla, la palabra original que define estos comercios es kōšk, que significa "pabellón" en pahlavi; por lo tanto este reducto que se denomina kiosco, es a la postre otro pabellón, podríamos señalarlo como un punto de reunión en momentos de esparcimiento.

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