miércoles, 15 de marzo de 2017

Hotel Alfonso XIII

Cerca de un siglo de existencia y el hotel sigue siendo propiedad pública, aunque su explotación no dependa del Consistorio. Siendo la cadena hotelera The Luxury Collection by Starwood quien se encarga de su viabilidad económica en régimen de concesión administrativa.
En este mismo solar entre 1887 y 1916 se encontraba el teatro Eslava, de propiedad municipal muy frecuentado por los sevillanos y donde se combinaban la emisión de películas y la puesta a punto de obras de teatro. Pero se procedió a su demolición y el Ayuntamiento donó los terrenos que eran parte del Palacio de San Telmo, donado a su vez a la ciudad por la Infanta María Luisa. Y es que había necesidad de construir un gran hotel, suntuoso y superlativo que diera acogida a las grandes personalidades que acudirían a la Exposición del 29. Se recurrió a Anibal González para establecer las bases del concurso para llevar a cabo la ambiciosa obra. Se habían forjado los cimientos, en sentido metafórico y literal, para la construcción del ansiado hotel de la Muestra.
 
 

Se nota la mano de Anibal González, aunque únicamente fuera para adjudicar las obras ya que el edificio se asemeja notoriamente a los que componen la Plaza de España y los situados en la Plaza de América, todos diseñados con mucha anterioridad, ya que se planeó que la Exposición tuviera lugar en 1914, pero la Dictadura de Primo de Rivera y la Primera Guerra Mundial retrasaron el evento.


No falto de polémicas, el concurso falla en 1916 a favor de un anteproyecto de Urcola, que ya había construido la plaza de toros Monumental, junto a la dirección de obra de José Espiau y Muñoz. Este tándem y más concretamente José Espiau que se erige como el arquitecto titular del edificio, presentan unos planos fechados en julio de 1916 bajo el nombre de “Guadalquivir”, desarrollando algunos aspectos imprescindibles en un edificio de esta envergadura como la calefacción, ventilación y refrigeración. Incluso se conserva al día de hoy los ascensores (lógicamente la maquinaria de estos se ha renovado convenientemente) que se instalaron en la época en su interior, y que causaron un inusitado asombro entre los ciudadanos del momento.
Los dos ascensores principales en pleno servicio, conservados del 29.
El hotel fue construido entre 1916 y 1928. Alfonso XIII mostró un gran interés en la consecución de las obras y estableció indicaciones sobre cómo debían de concluirse algunas zonas. Esta lentitud propició las críticas que planearon sobre esta construcción.
El programa de partida requería la construcción de un hotel que se realizaría en dos fases, una primera que posibilitaría hasta 200 habitaciones, y que habrían de poder ampliarse definitivamente hasta las 300 en una siguiente fase. Las últimas actuaciones se llevaron a cabo entre 1927-1928, con detalles dibujados por el propio Espiau, a tamaño natural, y en la misma obra.

Finalmente el 28 de abril de 1928 abre sus puertas este suntuoso hotel con una gran celebración presidida por el rey Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia,
con motivo del enlace concertado de la infanta Isabel Alfonsa con el conde Juan Zamoyski. En este evento, que era con fines benéficos, se recreó la Feria de Abril, ya que coincidió con el final de esta, por lo que también hubo farolillos y guirnaldas en la inauguración de este gran hotel. 

 Un visitante medianamente curioso puede dedicar horas deteniéndose en cada rincón del lugar. Y es que el Hotel Alfonso XIII brilla por su decoración y su arquitectura historicista, que mezcla el estilo de las mansiones y palacios de principios del siglo XX con las raíces del neomudéjar y el regionalismo andaluz.



Planificado como una casa sevillana, el edificio supuso una obra casi experimental para su época: puso en valor materiales poco apreciados como el ladrillo, dejándolos a la vista y llegándolo a esculpir en algunas zonas, la madera de los techos se consiguió a partir de escayola tratada…

Las cerámicas del hall, las fotografías de los años 20 de las habitaciones,detalles cerámicos, jarrones, puertas, mesas, singulares lámparas de araña de cristal de bohemia, algunos muebles originales de la época (por ejemplo se mantiene en perfecto estado el sillón del escritorio de Alfonso XIII así como su mesa)

 Estamos ante un entorno sin parangón, una ventana a la historia más lujosas del siglo pasado con la comodidad de nuestros días, porque hablar del Hotel Alfonso XIII es hacerlo de la historia viva de Sevilla durante los últimos cien años.

Para mantenerse a la vanguardia el establecimiento ha sido objeto de restauración en innumerables ocasiones, siendo algunas de las más importantes las llevadas a cabo, primero por Antonio Delgado y Roig en 1971, y más adelante por Rafael Manzano Martos, con motivo de la Exposición Universal de Sevilla de 1992.
Últimamente fue remozado nuevamente entre el 31 de mayo de 2011 y el 13 de marzo de 2012. La reforma acometida ascendió a 25 millones de dólares.
Además, las necesarias restauraciones de tipo funcional (como cubiertas e instalaciones), y puestas a punto de sus valiosos salones, incluyéndose la restauración artesanal del techo del Salón Real, los suelos de mármol y la renovación de parte del mobiliario, han garantizado una imagen y un estado siempre óptimo de sus instalaciones.






Cuando empezó su andadura, allá en 1928, el Hotel Alfonso XIII fue uno de los  más modernos y grandes de Europa: tenía agua caliente y ascensor y contaba con 360 habitaciones. Actualmente su capacidad se ha visto reducida  a 151 estancias y 19 suites repartidas en tres plantas diferentes, pero sigue siendo un referente de buen gusto y lujo.
Está considerado Bien de Interés Cultural desde 1998.



En 2015 fue considerado el octavo hotel más lujoso de Europa y el 33 del mundo por la revista Travel+Leisure.
Durante la Segunda República, pasó a denominarse Hotel Andalucía Palace, recuperando tras la Guerra Civil su nombre inicial, que conserva actualmente.
En 1962 se rodaron en el hotel algunas escenas de la película Lawrence de Arabia.
 


El patio central, en torno al cual giraba en un principio, toda la construcción se inspiró en el del Hospital de los Venerables, sin embargo, durante una de las visitas a Sevilla del Rey Alfonso XIII, éste mostró su desacuerdo con el proyecto y pidió al arquitecto diseñar de nuevo el patio. Y fue construido como se encuentra en la actualidad.


Considerarse un día de la realeza aquí es posible, aunque tiene un precio por algo más de 2500€ uno se puede alojar en la Suite Real, que  tiene una superficie total de 150 m2, incluyendo un salón de 90 metros con una arcada en el centro de estilo isabelino. Techos pintados, paredes enteladas de seda y de lino por encima de un zócalo alto de azulejos sevillanos. En la zona del comedor se encuentra un valioso bargueño de madera de raíz y nácar regalo de S.A.R. Begum Aga Khan, así como una gran mesa inglesa de estilo regencia, sillas y sillones españoles, candelabros barrocos y tres arañas de cristal de Bohemia. El dormitorio cuenta con una cama de 2,10 metros con baldaquino, colcha, paredes y cortina de seda adamascada, y baño de mármol verde. No nos equivocamos si señalamos como el huésped que más se ha alojado en esta lujosa habitación a Doña María de las Mercedes, madre del Rey, durante sus habitales visitas a la ciudad en Semana Santa y Feria de Abril.
Alojarse en la nada desdeñable suite presidencial nos puede costar sobre los 1200€, y así sucesivamente podemos ir abaratando nuestro presupuesto hasta llegar a las habitaciones normales del hotel que pueden ascender a los 300 € diarios.
El Hotel dispone de seis salones para conferencias y banquetes. El Salón Real, antiguo comedor principal del Hotel, ocupa la cúspide decorativa del edificio. Espacio reservado para las grandes recepciones, por su capacidad. Una reja de hierro forjado como las que cierran los coros de algunas catedrales andaluzas, es con la única barrera que nos topamos si queremos abordarlo. En su interior, once arañas de cristal de Bohemia y artesonado palaciego, grandes puertas en arco a la terraza sobre el jardín, orladas de caoba y ladrillo intercalado de azulejos, elevado a la categoría de material noble son algunos de sus elementos que nos dejaran estupefactos. Los Salones Andalucía, Híspalis y Cartuja, uno a continuación de otro, completan la oferta bajo estilo neoclásico.
La oferta gastronómica no desdice del resto del hotel, lo cual supone decir mucho. Cuenta con tres restaurantes.



El restaurante San Fernando, que es el principal, extendiendose alrededor del patio central,  está centrado en la gastronomía local, El restaurante Ena, regido por el chef con una estrella Michelín: Carles Abellán, mezcla la gastronomía andaluza con la catalana. La  terraza Taifas cuenta con una cocina relativamente normal. Completa la oferta un bar, el “Americano”, con una ambiciosa carta de cócteles.



 


Una más que aceptable opción para que no te lo cuenten y experimentarlo por ti mismo puede ser optar por el brunch del domingo, que asciende a 50 €, un poco bastante fuera del presupuesto normal, pero que nos deparará un entorno incomparable amenizado con las notas al piano degustando de un selecto menú.
Una espinita clavada en la Exposición del 29, ocasionada por motivos de la propia coyuntura del momento, próxima a la crisis mundial, propició que ningún líder político  salvo el presidente noruego Johan Ludwig Mowinekel, que acudió en visita privada, y el presidente portugués Fragoso, se registraran como clientes del Hotel.
 
Sin embargo el tiempo ha proporcionado innumerables visitas para resarcirse de esa decepción. Carlos de Inglaterra y Lady Di se hospedaron aquí durante la Exposición del 92, Bruce Springteen, Madonna, U2… Raphael, Julio Iglesias, J.M. Serrat, Joaquín Sabina… Sophia Loren, Tom Cruise, Cameron Díaz, Brad Pitt, Orson Welles, Audrey Hepburn, actores de “Juego de Tronos”… En fin, prácticamente la totalidad de mandatarios, personas influyentes, artistas internacionales y nacionales, actores y actrices del séptimo arte… han pasado por las suites y habitaciones del Alfonso XIII.

Podemos afirmar, sin ningún género de dudas que si de alguna forma este establecimiento es la carta de presentación de la ciudad para los turistas más distinguidos, Sevilla está muy bien representada.
 


para ver más fotografías del hotel. Pincha aquí.
 

1 comentario:

  1. Una más que aceptable opción para que no te lo cuenten y experimentarlo por ti mismo lo verás en el blog aquí, puede ser optar por el brunch del domingo, que asciende a 50 €, un poco bastante fuera del presupuesto normal, pero que nos deparará un entorno incomparable amenizado con las notas al piano degustando de un selecto menú.

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