miércoles, 7 de octubre de 2015

Torre de Plata

La distancia entre la gloria y el fracaso, la victoria y la derrota, la fama y el olvido sabemos que en ocasiones es ínfima, en la capital hispalense hay un camino que mide esta diferencia como si de una regla se tratase. Son apenas  200 metros. Son los que separan a la mítica Torre de Oro de la denostada Torre de Plata.


Una torre octogonal fortificaba las murallas. El álgebra estaba muy presente en las obras almohades, por lo que los ocho lados de esta Torre no eran un capricho, sino una jerarquía que empezaba en la dodecagonal torre del oro, seguía en la  Torre de Plata, que se erige en la calle Santander  y cerraba el paso al Arenal mediante un tramo de muralla, para continuar con la hexagonal torre de Ab-del-aziz o de Santo Tomás, y terminar antes del Alcázar con la cuadrada Torre de Bronce, que también formaba parte de la muralla de la Casa de la Moneda. Una muralla unía estas cuatro torres, cerrando el paso desde el propio Alcázar hasta el Arenal.
Cuando Fernando III conquistó la ciudad, fue rebautizada como Torre de la Victoria, aunque popularmente conservó siempre el nombre de la de Plata. Al igual que la Torre de Oro no recibe ese nombre porque en su interior se almacenara dicho metal, sino que lo más probable es que esa denominación tenga que ver con su aspecto, ya que durante muchos años lució dorada, de la misma manera, casi con toda seguridad la Torre de Plata deba su nombre al encalado enlucido de blanco plateado de su estructura exterior. 
El creciente tráfico que ha sufrido el Paseo Colón ha propiciado que la Torre de Plata quede aislada de la de Oro, y así ha sido desde mediados del siglo XIX. Por eso se ha visto rodeada de edificaciones que no permitían su visión desde la calle, hasta terminar con la construcción del edificio de Helvetia de Seguros, que terminó de ocultar el monumento en cuestión. Resulta significativo recordar que cuando las murallas perdieron su utilidad como elemento de defensa, sus muros sirvieron como soporte a multitud de inmuebles. Progresivamente, desde principios del siglo XVI esta torre se ha visto, cada vez más rodeada, de almacenes y casas. Creció en sus inmediaciones el Corral de las Herrerías, dando vivienda a un perfil bajo de la sociedad sevillana, normalmente relacionado con las cercanas industrias del carbón y el hierro. Sucesivamente la gente trabajadora del barrio con la desaparición de las industrias fue sustituyéndose por indigentes, el paisaje era penoso antenas de tv, ropa tendida…ayudaban a engrandecer el aspecto caótico de la que en otro tiempo fue torre emblemática de la victoria del ejercito cristiano. Y así fue hasta 1992 cuando con motivo de la expo se decidió limpiar la zona de maleantes, vagabundos, personas sin techo…y aunque se derribó el Garaje Torre del Oro, fue sustituido por un aparcamiento al aire libre, que nos ha dejado ver en la cercanía a la Torre de Plata. Está prevista la conversión de este aparcamiento en jardines públicos, que ensalcen el monumento como como se merece.
Por último queremos hacer constar que para acceder a la parte alta de la Torre se utiliza la escalera de reciente construcción del edificio adosado ya que la escalera almohade de su interior está totalmente derruida, y por otra parte en las últimas excavaciones de la zona se concluyó que la zona subterránea de la construcción se utilizaba como aljibe para recoger las aguas.


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