domingo, 1 de noviembre de 2020

Puente de Hierro o Canal de Alfonso XIII


Los estudios realizados para la Exposición Iberoamericana del 29 pusieron de manifiesto el poder ampliar los terrenos dedicados al evento. Se concluyó la necesidad de construir un puente, que diera acceso a estas adiciones, al final de la avenida de la raza de cuatro kilómetros cuadrados adicionales, pertenecientes a la Junta del puerto así como si fuera necesario dos terrenos adicionales. Con el tiempo el destino tenía guardado otro propósito para estos terrenos y es que aquí se enclava el Real de la Feria de Sevilla.
construcción del puente

Hasta el 6 de abril de 1926 el monarca Alfonso XIII no pudo inaugurar este portento de ingeniería que aunque se llamó Puente de Alfonso XIII fue popularmente conocido por el Puente de Hierro. En un principio la racionalidad económica del proyecto quedó en entredicho ya que estos terrenos se dedicaron a la construcción de un campo de golf, tenis e hípica amparándose en la necesidad de favorecer un turismo de calidad. Sin embargo con el crecimiento posterior el puente se quedó pequeño.
Para el diseño de este hallazgo tecnológico se acudió al ingeniero José Delgado Brackenbury, familiarizado con la construcción de los puentes de hierro de Chicago, pero a diferencia de estos decidió llevar la estructura de hierro hasta el mismo río y allí creo dos tableros levadizos, que mediante mecanismos de apertura y cierre por medio de motores eléctricos que actuaban sobre engranajes y cremalleras, esta maquinaria, permitía el paso de buques que permitían la entrada hacia los muelles.
 
Chicago: años 20

La Construcción del proyecto se llevó a cabo por la empresa barcelonesa Maquinista Terrestre y Marítima. 201 toneladas de acero fueron utilizadas en este encargo de 56 metros de longitud. En un principio por el puente discurrían las vías del tren, y los dos carriles de automóviles que contenía el puente, uno para cada dirección que se cerraban puntualmente para dejar paso a las embarcaciones hacia los muelles. Este fue el segundo paso de la ciudad a través del río, coexistiendo con el puente de Triana, y durante más de setenta años estuvo dando servicio y no hay que olvidar que hasta la Expo del 92 constituía la única forma posible de conectar con el Aljarafe. Otro puente de hierro cruza el Guadalquivir, aún esta en funcionamiento y se inauguró un poco después que este que nos ocupa, por el mismo Rey Alfonso XIII, nos referimos al Puente de San Juan.

Puente de Hierro de San Juan de Aznalfarache. Fuente Consejería de Fomento y Vivienda


El final de este malquerido puente, a juzgar por el destino que le aguardaba, ha sido un cúmulo de despropósitos. Su sentencia estaba escrita desde que se decidió construir el puente de las Delicias, por su mayor capacidad y proximidad, este último dejaría sin uso al anterior. En un principio se pensó en ubicarlo como pasarela turística en San Jerónimo, pero se abandonó la idea y si no se destruyó fue gracias a la plataforma Planuente, que surgió en aquellos días para salvar nuestro puente. Finalmente, en 1998 fue desmotado ya que según las autoridades portuarias suponía un estorbo al estar situado oblicuamente respecto al cauce del río. 

el puente varado- Fuente: sevillasigloXX. blospot.com

Se arrumbó a un lado del muelle de las Delicias, frente al club náutico. Cinco años después se volvió a desmontar para llevarlo a la margen izquierda paralelo a la avenida de La Raza, desde donde es visible con el proyecto de convertir la zona en un parque público con el puente de mirador a la zona portuaria, aunque actualmente, el puente continua en una parcela cerrada desde el 2003. Resta casi una década para celebrar los 100 años de este puente, una excelente forma de celebrarlo sería verlo formando parte visible de algún proyecto, usándose por ejemplo, de pasarela en algún parque transitado y de acceso público,  ahora bien, seguramente seguiríamos engordando la cadena de despropósitos pues es probable que cueste más habilitar este puente que hacer uno nuevo. Se tomó como ejemplo a no seguir el final que se le asignó a otro monumento de hierro de nuestras calles: La Pasarela, que al final se desmontó y el hierro que le daba forma se malvendió, pero ciertamente al final el Puente de Hierro va a ser objeto de expolios y abandono, todavía peor.
Aunque es cierto que este puente no llega a ser declarado bien cultural, si que ostenta un nivel de protección global en cuanto al sector portuario del Conjunto Histórico Artístico de la ciudad.
Una resolución dictada el pasado julio de este año de la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz expone la "imperiosa necesidad de definir el destino y uso final" de esta obra de hierro lo que ha provocado que haya sido emprendida una recogida de firmas por la plataforma digital Change.org.
Ya son muchos años de no hacer nada y el puente no puede seguir siendo objeto de un deterioro cada vez más acelerado. Y quizás ya estemos ante la necesidad acuciante de darle al menos un uso similar" al puente metálico de San Juan de Aznalfarache, que acoge un carril bici y el tránsito de autobuses. Sin embargo, ycon la que está cayendo en nuestros días, todo esto se ha dejado aparcado y en un segundo plano, pero la "actual tormenta" pasará y el puente seguirá esperando alguna decisión que ojalá, sea acertada.
Diario de Sevilla/el puente abandonado en el PuertoJUAN CARLOS VÁZQUEZ

Por último, y como triste anécdota resaltaremos que en la década de los ochenta, las autoridades portuarias que vigilaban el puente, lo dejaban abierto por las noches. Una noche de niebla, un médico de urgencias, fue a cruzar por él, fruto del despiste o desconocimiento. Estrellándose su coche contra los contrapesos del Puente falleciendo instantáneamente. Tal caso llevó a juicio a los responsables portuarios del Puente.


 


construcción del puente

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