En un extremo la Avenida de Roma que engloba un lateral del Palacio de San Telmo, en el otro el edificio Cristina o más exactamente el Paseo Cristina, el Paseo de las Delicias en su base y la punta del triángulo clavada en la Puerta de Jerez, casi hasta llegar a la Fuente de Hispalis. Este es el área sobre la que se despliegan los Jardines de Cristina. Pero siempre no ha sido así, estos Jardines se desenvolvían en un espacio mucho mayor.
En los comienzos del siglo XIX Sevilla se encuentra inmersa en un plan urbanístico propiciado por el asistente de entonces D. José Manuel de Arjona. Finalmente, en julio de 1830 se inaugura este espacio ajardinado bajo el nombre de Salón Cristina. Con esta denominación se hace referencia a la esposa del rey Fernando VII: Doña Cristina de Orleáns, y así se le ha conocido hasta nuestros días, aunque ya no se le llama salón, sino Jardines de Cristina.
La autoría de este emblemático espacio es asignada al arquitecto Melchor Cano, que se apoyó en el asesoramiento del botánico Claudio Boutelou.
José Manuel de Arjona buscaba con esta obra priorizar y revitalizar el paseo del río, ya que el Salón Cristina se fundía con otra gran zona ajardinada propulsada por el asistente de la ciudad: Los Jardines de las Delicias de Arjona. Se originaba un itinerario ajardinado desde el propio Salón Cristina hasta la actual glorieta de Méjico. Este bucólico recorrido consiguió ser una de las zonas más frecuentadas de la sociedad sevillana de la primera mitad del siglo XIX.
La autoría de este emblemático espacio es asignada al arquitecto Melchor Cano, que se apoyó en el asesoramiento del botánico Claudio Boutelou.
José Manuel de Arjona buscaba con esta obra priorizar y revitalizar el paseo del río, ya que el Salón Cristina se fundía con otra gran zona ajardinada propulsada por el asistente de la ciudad: Los Jardines de las Delicias de Arjona. Se originaba un itinerario ajardinado desde el propio Salón Cristina hasta la actual glorieta de Méjico. Este bucólico recorrido consiguió ser una de las zonas más frecuentadas de la sociedad sevillana de la primera mitad del siglo XIX.
Ya hemos comentado que actualmente los Jardines Cristina han visto menguado drásticamente su tamaño, la aparición del Hotel y posteriormente Edificio Cristina, junto incluso al Hotel Alfonso XIII, suponen una considerable sustracción de la superficie originalmente ocupada.
Aun así, muestran una gran riqueza de árboles y demás vegetales. Los plátanos de sombra, los pinos o las casuarinas junto con socorridos setos formados de varias especies vegetales, por decir uno… el arrayán. Este paisaje ayuda a conservar su genuino ambiente romántico.
De cualquier forma estamos ante un rincón generosamente tranquilo en todo el meollo de la ciudad, salpicado de continuos elementos arquitectónicos que se han ido acoplando al paisaje a lo largo de los años:
- “La fuente-manantial dedicada a los poetas de la Generación del 27”. En el extremo más pegado a la Fuente de los Meones, reclutada tanto a la Puerta de Jerez, como a los Jardines Cristina. Encontramos esta obra contempla atribuida al arquitecto Antonio Barrionuevo Ferrer. Que se ayudó para finalizar su proyecto de mármol blanco de Macael y pizarra de color verde. La fuente simboliza el nacimiento de un río que baja abriéndose en cascada, en cuya parte superior aparece sobre una plataforma la figura de una muchacha tumbada y desnuda, obra de César Portela, que viene a representar a la musa de la poesía que inspiró a los autores de la generación del 27.
- Entre sus paseos interiores, uno de ellos está dedicado al poeta Novel sevillano Vicente Aleixandre, que nació unos metros más allá, en el Palacio Yanduri, antes de ser residencia de los marqueses.
La dedicación que se le ha querido inyectar a este espacio con los autores del 27, se hace latente al encontrarnos con un rincón del paseo dedicado a Rafael Alberti.
- La idea de erigir un monumento o una estatua a Emilio Castelar comenzó a barajarse en 1903 con la intención de abrir una suscripción popular. En 1929, contándose ya con algunos donativos, el escultor Manuel Echegoyán realizó un proyecto apoyado por El Liberal. En 1930, se decidió su emplazamiento en los Jardines de Cristina.
El monumento consiste en un mural tripartito con figuras alegóricas representando la Elocuencia y la Historia en relieve, ambas flanquean el busto-retrato en bronce de Castelar. La ornamentación se completa con guirnaldas florales y una dedicatoria incisa: “Castelar/ 1832-1899/ el Genio de la Palabra/ emancipó la esclavitud”.
Así pues Sevilla inmortaliza con esta estatua y con la denominación de una de sus calles a este político, escritor e intelectual español que nació por accidente en Cádiz y vivió, dedicando parte de su legado, a la ciudad de Elda. (Se podría decir que este monumento guarda cierta relación con este que os escribe y es que en ambos casos hablamos de un eldense acogido en Sevilla.)
-No debemos olvidar la estación de metro, cuya boca que se instala en el Paseo de Cristina, se ha insertado en el paisaje de esta zona aunque su entrada en servicio es reciente, concretamente en el 2009.
- El busto del poeta sevillano Adriano del Valle. A propuesta del Ayuntamiento de Sevilla para conmemorar el primer centenario del nacimiento de Adriano del Valle se acordó colocar en los Jardines del Cristina el busto en bronce del poeta realizado por Durán Arregui en los años 50. La escultura fue donada por la viuda de Durán Arregui a la familia del escritor. La inauguración oficial se produjo en 1995.
-Desde el año 2011 figura una escultura en bronce dedicada a la aristócrata Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, obra de Sebastián Santos Calero.
- La recuperación de los jardines de Cristina y la peatonalización del entorno fue acometida en la primera década del dos mil, dándose por finalizada en el 2011. Estas acciones ascendieron prácticamente 2 millones de euros. Fruto de ellas son: Una pérgola de glicinias perfumadas con sus tonos azulados o blancos, erigiéndose en la estrella vegetal de entrada a los jardines, el renovado alcantarillado evitará que los Jardines se inunden en tiempos de lluvias abundantes como venía siendo habitual, la iluminación ha sido mejorada con un sistema automático, que permiten una ostensible ganancia en seguridad.
Se recuperó el paseo peatonal por el centro de los jardines, en línea con la Puerta de Jerez y la Avenida de la Constitución, este paseo central se prolonga directamente a la avenida de las Delicias, así como a los Muelles de Nueva York y Delicias tal y como antiguamente constaba, la reconversión del Paseo de Cristina en un verdadero lugar de estancia acogedora, lejos de la sosa explanada peatonal en que fue convertido con el aparcamiento subterráneo y la estación del metro, se previó una zona de reunión con conexión wi-fi y rampa de acceso para discapacitados en un banco circular que rodea a la lagunaria (en la esquina más próxima al puente de San Telmo), se instalaron un gran número de bancos en los nuevos caminos de albero que contribuyeron a dar un aspecto más acogedor, las columnas de mármol de la pérgola central del jardín, antes destrozadas con hendiduras y grafitis, se han tornearon para lucir como antaño, los parterres se reconstruyeron con el ladrillo original de Guadalcanal, así como los azulejos de cerámica de los estanques interiores y los jarrones con sus basamentos de ladrillo y todos los adornos, que habían desaparecido.
-Seguidamente a esta reforma, un año después, se instaló un parque infantil, con diversos juegos cuyo presupuesto conjunto ascendió a unos 50.000.
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