jueves, 27 de abril de 2017

Casa de la Contratación



Esta histórica ubicación ya se enmarca dentro del Barrio de Santa Cruz. El edificio es hoy propiedad de la Junta de Andalucía, que lo utiliza como sede de algunas de sus Consejerías. Rafael Manzano Martos, arquitecto conservador de los alcázares y sus jardines, recibe el encargo de levantar este edificio historicista a parir de 1973, que supone un antes y un después en la tendencia destructora que se instala en las autoridades competentes durante los sesenta y principios de los setenta. Aquí tenemos una muestra de la vena constructora que se asienta en Sevilla a partir de los ochenta. Aunque este edificio es moderno y no encierra una historia especial, salvo por su ubicación a las espaldas y adherido a los Alcaceres.

 
Grabado de las Atarazanas de Sevilla en la época de la Casa de la Contratación
 
 
Fruto de esta privilegiada localización provoca que la actual sede de las consejerías de Gobernación y Justicia guarde en su interior uno de los jardines islámicos más antiguos de cuantos se conocen en España.
La primera sede de la Casa de la Contratación fueron las Atarazanas Reales sevillanas.


Pero los inconvenientes de este lugar, con continuas inundaciones que hacían peligrar la mercancía que discurría por estas instalaciones, motivaron su traslado al Alcázar Real, donde quedó instalada en el salón conocido como "de los Almirantes". Allí permaneció hasta 1717, cuando fue trasladada oficialmente a la ciudad de Cádiz. Esta institución comenzó a partir de entonces una galopante agonía que culminó en 1793 con su cierre definitivo.
El edificio que entonces ocupaba este mismo solar, dentro de los Reales Alcázares, dio acogida a la Casa de Contratación de Indias. Una institución fundada por Real Cédula de la reina Isabel la Católica el 14 de enero de 1503 para fomentar y controlar el comercio y la navegación con las tierras recién descubiertas en el Nuevo Mundo.

Extracto de la Real Cédula de 1503

Realmente, formaba parte de los Alcázares. Aún se conservan algunas dependencias, a las que se puede acceder desde el Patio de la Montería, que corresponden al llamado «Cuarto del Almirante» y la sala de Audiencias.
También se mantiene la tabla de la Virgen de los Mareantes, parte central del retablo de una desaparecida capilla.



Tabla de la Virgen de los Mareantes, de Alejo Fernández / Fran Piñero
Incluso se conserva un desconocido patio almohade con pasarelas, desniveles, cuatro albercas en las esquinas, una fuente central… Que fue descubierta a mediados del siglo XX, y que actualmente es objeto de obras para su mantenimiento. Este antiquísimo jardín islámico, que como ya se ha dicho puede que sea el más antiguo de cuantos se conocen en España, constituye la "joya de la corona" del edificio. Sobre este resquicio musulmán se ha escrito mucho. Una referencia bibliográfica por si se desea ahondar más en la materia podría ser: "El Jardín musulmán de la antigua Casa de Contratación de Sevilla". Intervención arquitectónica. Recuperación de las pinturas murales. Junta de Andalucía, Consejería de Obras Públicas. O http://www.eea.csic.es/wp-content/uploads/2016/05/2016JARDINES-DEL-ALCAZAR_AAG.pdf




patio del Cruzero, al fondo: Antigua Casa de la Contratación



Algunos acontecimientos han marcado el periplo de esta construcción: varios incendios en 1563, 1604 y 1691, el terremoto de 1755 y una reconstrucción de 1805 que cambió la fisonomía del conjunto, añadiendo la fachada que da a la plaza, cuando ya se dedicaba a otros menesteres, también burocráticos. Al final a mediados de los setenta se procede a la demolición del antiguo inmueble, levantándose el edificio que actualmente contemplamos.



A partir del segundo regreso del almirante, Cristóbal Colón, de las Américas, ya se abandona la sorpresa y el escepticismo y se comienza a consolidar la fuente de riqueza que supondría las nuevas rutas descubiertas instaurándose esta nueva institución. La elección de Sevilla como sede de la Casa de Contratación está relacionada con la designación del puerto de Guadalquivir como único punto para las mutuas transacciones entre la península y las Indias. Juega a favor de la capital hispalense la seguridad de un puerto interior resguardado de posibles ataques de piratas.
Se promulga que todo aquel castellano que quisiera emprender viaje hacia las lejanas tierras tenía que cumplir, exclusivamente en este lugar, con la función burocrática:

El papeleo, pago de tasas, impuestos… también para las importaciones, que eran rigurosamente controladas, las inspecciones que se realizaban igualmente en los buques que iban a surcar el océano, a los cuales se aprovisionaba con todo lo necesario, desde aparejos a víveres. Esta institución se comprometía a recoger y custodiar durante el tiempo preciso todas las mercaderías, mantenimientos y aparejos necesarios para proveer cuanto se precisara para la navegación a las Indias. La Casa de la Contratación se encargaba también de las relaciones con mercaderes y navegantes y, por supuesto, registrar cualquier expedición. Había obligación de comunicar todos los hallazgos, descubrimientos e información cartográfica de los expedicionarios. Entre los muros de la nueva Casa de Contratación se llevó a cabo la primera cartografía del Nuevo Mundo, en la que participaron Américo Vespucio, Juan de la Cosa y Hernando Colón, también aquí se planificaron grandes gestas de la historia de la Humanidad como la expedición de Núñez de Balboa que culminaría con el descubrimiento del Océano Pacífico (1513) o la de Magallanes y Elcano que supondría la primera vuelta al Mundo (1519-1522).  Prestigiosos nombres de la navegación sevillana quedaron ligados a la también llamada «Casa del Océano».
Finalmente, otra sede fue el actual Archivo de Indias, que precisamente conserva, entre otros documentos, más de 43.000 legajos. Conocido como Lonja de Mercaderes o Consulado, a partir del siglo XIX. Fue creado en 1543 para asumir la jurisdicción civil de sus miembros. “Hasta esa fecha, los juicios y pleitos entre mercaderes se celebraban en la Casa de Contratación, pero los mercaderes, deseosos que se les reconociera su jurisdicción, solicitaron permiso para constituir una asociación similar a la de Burgos o Valencia. El Archivo General de Indias fue creado en 1785. A él, se fueron incorporando los fondos del Consejo de Indias, de la Casa de la Contratación, de los Consulados y de las Secretarías de Estado y del Despacho. Hoy el Archivo General de Indias conserva más de 43.000 legajos, instalados en ocho kilómetros lineales de estanterías, con unos 80 millones de páginas de documentos originales acerca de tres siglos de historia de las Indias, es decir, América, desde Tierra de Fuego hasta el sur de los Estados Unidos, además de las Filipinas.

 

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