Ubicada en la Puerta de Jerez en una esquina entre la Avenida Constitución y la calle San Fernando, se encuentra discretamente, sin hacer ruido, la Capilla Santa María Jesús, el último vestigio de la primera Universidad de Sevilla.
Su construcción data del siglo XVI, por lo que aunque está rodeado de edificios que pueden ningunearla hay que decir que cuando estos se levantaron el edificio que nos ocupa ya estaba allí.
Su construcción data del siglo XVI, por lo que aunque está rodeado de edificios que pueden ningunearla hay que decir que cuando estos se levantaron el edificio que nos ocupa ya estaba allí.
Con motivo de los ensanches programados para el 29, el colegio-universidad de Santa María de Jesús, sede fundacional de la universidad de Sevilla, que había sido construido en varias fases durante más de tres siglos, es víctima de la piqueta, aunque gracias a esta acción nace la Puerta de Jerez y la avenida de la Constitución tal y como la conocemos en nuestros días. Así pues el periplo de esta edificación finaliza en 1909. Gracias al empecinamiento del afamado historiador José Gestoso, se salva de la demolición la capilla, logrando además que sea declarada Monumento Nacional.
Se mantuvo durante algunos años el vestíbulo colegial, que finalmente fue destruido y del cual sólo se conservó la parte inferior de la portada, cuyos sillares se trasladaron hacia 1912 al compás del convento de Santa Clara. En 1922 Juan Talavera y Heredia recompuso esta portada como acceso al Museo Arqueológico municipal, que se instaló en la torre de Don Fadrique y su entorno.
Nos detendremos, seguidamente, en la génesis y evolución del colegio-universidad. El canónigo sevillano Rodrigo Fernández de Santaella, más conocido por Maese Rodrigo,
nombre de la calle ubicada en frente, que homenajea a este canonigo |
procesaba una total admiración por el sistema universitario de Salamanca y abogó por importar el modelo salmantino a la capital andaluza. Por eso una vez obtenido el beneplácito de los Reyes Católicos, no duda en adquirir unos terrenos junto a la Puerta de Jerez y costear de su propio bolsillo la que iba a ser la primera universidad de Sevilla.
En ella se pretende que se impartan las cátedras de Teología, Filosofía, Derecho y Medicina, pero siete años antes de que las clases empiecen a celebrarse Maese Rodrigo fallece. En 1509 se produce el fatal acontecimiento, un año después de conseguir su última bula papal para desarrollar su proyecto. Fue enterrado junto al retablo de la capilla universitaria y del extenso texto de su lápida llama la atención, por lo menos a mí, estas palabras: "aprended, mortales, a buscar las cosas del cielo". Otros cinco cuerpos descansan eternamente en esta capilla: el Maestro Alonso de Campos, su albacea testamentario, que había concluido la obra de Santaella, y otros cuatro colegiales: Cristóbal de Godoy Aragón (1.685), Francisco de Henestrosa y Mazuelos (1.695), Juan Dionisio Díaz Salvador (1.709) y Ubaldo Mantilla Trevani (1.772), que había sido Rector dos años antes.
entre alfombras, bancos, micrófonos, remos, ornamentos... los grabados del suelo apenas se aprecian |
Funcionó como colegio de becarios y universidad abierta a religiosos y seglares durante los casi tres siglos que transcurren desde sus inicios hasta la separación de ambas instituciones por decreto de Carlos III, lo que originó en 1771 el primer traslado de la universidad, a la antigua casa profesa de la Compañía de Jesús.
La obra fundada por Maese Rodrigo a principios del siglo XVI corresponde a una edificación viva, en continuo proceso y así se aprecia en su desarrollo a través del tiempo… Seguidamente destacamos algunos hechos puntuales que vienen a ilustrar su constante crecimiento:
La obra fundada por Maese Rodrigo a principios del siglo XVI corresponde a una edificación viva, en continuo proceso y así se aprecia en su desarrollo a través del tiempo… Seguidamente destacamos algunos hechos puntuales que vienen a ilustrar su constante crecimiento:
Fuente: alma mater hispalense |
-Pocos años después de su inauguración está documentada la incorporación al colegio en 1526 de un solar de 30 por 60 pies, que pertenecía al Alcázar.
-En el siglo XVIII se produce un crecimiento del edificio hacia el espacio público, existiendo constancia de que el municipio concedió al colegio una franja de la calle, de 31 varas de largo y 9 de ancho, para la obra de una nueva librería.
-En 1771 consta el primer traslado de la universidad, a la antigua casa profesa de la Compañía de Jesús. Posteriormente se ubicó en la Real Fábrica de Tabacos de la calle San Fernando, muy cerca de su localización original y actualmente la Universidad de Sevilla se encuentra desparramada en diferentes puntos de la ciudad.
-Tras la segregación, el colegio se mantuvo en el edificio con un declive progresivo hasta la desamortización de Mendizábal, momento en que quedó suprimido y pasó al Estado. Después de una breve utilización como cuartel de la milicia local, a partir de 1848 acogió el seminario conciliar, para lo cual recibió obras de adaptación previas a su apertura
-En 1864, siendo ya seminario, se le agregó un anexo de nueva planta para ampliar su capacidad residencial, realizado sobre un solar colindante, con una estrecha fachada a la plaza de Santo Tomás.
-En el curso 1880-81 volvió a ser intervenido para mejorar su amplitud y condiciones de habitabilidad, con obras escasamente documentadas.
En 1901 el Arzobispado de Sevilla vendió el edificio al promotor inmobiliario Juan Bautista Calvi.
Tras el proceso de crecimiento y sucesivas ampliaciones, la extensión que el conjunto alcanzó fue considerable, siendo de 4.030 metros cuadrados la parcela que ocupaba antes de su demolición, propiciada por el proyecto de la Avenida.
La destrucción de este edificio, clave para la historia de la arquitectura universitaria de Sevilla, se enmarca en la gran operación urbana de apertura de la Avenida, que también sacrificó el centro docente que había rivalizado durante siglos con Santa María de Jesús, el colegio-universidad dominico de Santo Tomás. El trazado de la “gran vía” sevillana supuso la destrucción completa del edificio fundado por Maese Rodrigo y todas sus ampliaciones posteriores, conservándose la capilla, que en 1901 había sido declarada monumento.
Lamentablemente no despertó el interés de ningún fotógrafo a comienzos del siglo XX, ante los rumores de que iba a desaparecer, por lo que no se le dedicó ningún reportaje que pueda documentarnos visualmente sobre la presencia de este complejo.
En la actualidad, la capilla, que ha sobrevivido, es propiedad de la Universidad de Sevilla, habiendo estado cedida durante varios años y hasta hace muy poco tiempo al Consejo General de Hermandades y Cofradías, que se ha mudado a un local vecino de la calle San Gregorio. Desde entonces sigue cumpliendo su labor eclesiástica (hay una misa diaria), que alterna con exposiciones.
El edificio de la capilla es de estilo gótico-mudéjar tardío, con partes realizadas en ladrillo visto, aunque algunas crónicas afirman que anteriormente estuvo totalmente enfoscado. Consta de tres fachadas: la de cabecera, que se muestra a la avenida de la Constitución, la de la Epístola, en la puerta Jerez y la trasera, en la calle San Gregorio.
La fachada principal no daba a la calle, como podemos ver en la antigua fotografía, sino a un patio interior. Tras el derribo del colegio ya se accedía directamente desde la avenida de la Constitución, a través de un pequeño e irregular atrio ajardinado. Durante el transcurso de las últimas obras de rehabilitación del inmueble apareció la solería original del patio, por lo que se decidió dejar ésta y prescindir del jardín. El diseño de la rampa de acceso para personas de movilidad reducida impide contemplar dicha solería.
Esta fachada muestra una portada de ladrillo visto en dos colores con entrada a través de un arco cornopial, poco habitual en nuestra ciudad. Fue realizada por Martín Sánchez en 1.514. El resto está enfoscado, con un gran óculo central.
Esta fachada muestra una portada de ladrillo visto en dos colores con entrada a través de un arco cornopial, poco habitual en nuestra ciudad. Fue realizada por Martín Sánchez en 1.514. El resto está enfoscado, con un gran óculo central.
Antes de finalizar, simplemente mencionaremos la gran joya de esta pequeña capilla que es el Retablo Mayor, no es posible equivocarnos de elemento ya que es el único que se contempla, encargado a Alejo Fernández, uno de los principales pintores de la ciudad en la época. Retablo que guarda cierta similitud a algunas pinturas de la sacristía de los Cálices de la Catedral. Pues, no en vano, comparten autoría.
Virgen de la Antigua, tan venerada por los Centauros y demás marineros, expedicionarios del nuevo mundo, representada en este Retablo |
Inmaculada al lado del retablo, sin referencias a la obra. |
acceso a un pequeño salón con la imagen de su fundador |
paredes provistas de azulejos de estilo mudejar |
fachada que da a la Puerta de Jerez |
Buenas tardes, gracias por su reportaje, me ha sido de gran ayuda. No obstante ¿podría decirme cuantas personas caben en la capilla?
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