Aunque la inmensa mayoría de sevillanos ya sabe que las letras no8do no se corresponden al nodo franquista. Lo cierto es que este lema es muy socorrido en toda la ciudad, y en todas las fiestas locales.
Bien merece un espacio el escudo de esta ciudad con mayor presencia y fama, que ya es todo un logro, que el que representa a los dos equipos futboleros de aquí: Real Betis B. y Sevilla C.F, que dicho sea de paso el de este último está basado completamente en el que vamos a tratar.
Para dar vida al escudo de la ciudad, podemos acercarnos a la Capilla Real de la Catedral.
Allí nos encontramos con los restos del apuesto, leal y piadoso San Fernando, el rey que conquistó Sevilla el 23 de noviembre de 1248, en los laterales del ábside vemos a Santa Justa y Rufina y a los obispos San Leandro y San Isidoro, preside esta estancia la Virgen María con su niño en las rodillas con una sonrisa inocente… Es la Virgen de los Reyes, la de todos los sevillanos, la que, según cuentan, no abandono al Rey Fernando en su conquista. Junto al santo reposa su esposa, Beatriz de Suabia y su hijo, Alfonso X el sabio, que también tiene su protagonismo en el escudo de la ciudad. Finalmente, se adhieren dos sepulcros donde descansan Pedro I y María Padilla.
En un primer momento se significa en el escudo un trono vacío en el escudo, ya que Fernando III dice no ser merecedor de tal honor, sin embargo a su muerte el Concejo Sevillano decide su aparición, acompañan a ambos lados del trono los obispos San Leandro y San Isidoro.
También tienen un lugar los títulos que posee la ciudad. En la parte izquierda, aparece el de MUY HERÓICA. Otorgado por Fernando VII como muestra de agradecimiento por la lucha del pueblo sevillano contra las tropas del ejército napoleónico. En el ángulo superior izquierdo, encontramos el título de MUY NOBLE. Data de la época de San Fernando, y es el más antiguo de los que aparecen en el escudo. En el ángulo superior derecho, apreciamos el título de MUY LEAL. Es de la época del Rey Alfonso X “El Sabio”. Un poco más abajo de éste último encontramos el título de INVICTA. De tiempos de la Reina Isabel II, como agradecimiento a los sevillanos por su arrojo contra el General Espartero. Y finalmente, en el ángulo inferior derecho, está el título de MARIANA. Promovido por la Hermandad de San Bernardo, siendo el General Franco quien lo concede. Es el más reciente de todos.
A los pies de las representaciones reza: NO8DO, este jeroglífico emblemático de la fidelidad sevillana se relaciona con el Rey Alfonso X el Sabio, en guerra con su hijo Don Sancho por la corona, éste permitió que su padre permaneciera en la ciudad hispalense, y ésta a través de su Ayuntamiento veló por los intereses y necesidades del anciano hasta su muerte. En señal de reconocimiento y agradecimiento por su fidelidad la ciudad recibió este símbolo del Rey. Sevilla NO8DO, siendo 8 una madeja de lana, y leyéndose por tanto: Sevilla no- madeja-do (no me ha dejado).
Esta leyenda aunque curiosa y bella no está documentada, y tiene numerosos detractores, se dice que era imposible la madeja y se aluden teorías lingüísticas para explicar ese jeroglífico, incluso hay quien dice que no-madeja-do debería atribuírsele a su progenitor, el Rey Fernando ya que al entrar a Sevilla dedicó esta cita a la virgen María. Otra teoría sobre este lema explica que el símbolo NO-DO aparece en otras importantes ciudades religiosas europeas durante la Edad Media, refiriéndose a "El nombre de Dios" (Nomen Domini, en latín). Así el símbolo ∞ intercalado entre estas siglas no sería una madeja, sino un nudo (nodus en latín). Por otra parte, el estudioso y escritor Emilio Carrillo expone: "hay constancia documental sobrada para poner de manifiesto que el símbolo estuvo presente en otros edificios más antiguos, pero que desaparecieron con el paso del tiempo" como ejemplo figura el antiguo Cabildo de Sevilla, ubicado en el desaparecido Corral de los Olmos hacia 1439, antes de la más vieja que se conserva en 1.533 en el actual Consistorio.
En su trabajo expone otra teoría sobre esta leyenda: Alfonso X "tuvo una obsesión durante toda su vida, que no fue otra que convertirse en el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico", y a lo largo de su reinado persiguió este objetivo, pudiéndose ver en las letras: no-do, “ la unión de esfuerzos y voluntades en torno a Alfonso X como candidato a Emperador". Sin embargo la historia más conocida y la más literaria sin lugar a dudas es la primera. Y como ya hemos expresado en este blog al referirnos a muchas de las leyendas y curiosidades que encierra esta ciudad, no dejemos que la realidad estropee una buena historia.
El 27.12.2017 se celebró el pleno para dar oficialidad al escudo de la ciudad. Quizás esta representación de Sevilla guarda el honor de consensuar las voces del PSOE, del PP y de Ciudadanos, por vez primera desde las elecciones nos parecemos a Alemania. Pero el consenso no fue total, siempre hay opiniones discordantes encabezadas esta vez por Participa, partido político asociado a Podemos, entre las razones en contra argumentaban que “Sevilla es mucho más que la época de Fernando III el Santo, hay 22 siglos más y estamos distorsionando la historia”, exponiendo que debería haberse realizado un referéndum. En fin… ¡Que pereza dan los políticos.…!
Para finalizar y como curiosidad, hablando de escudos, es sintomático que otro escudo de una provincia española, concretamente Cantabria, recoja un monumento de la capital hispalense: La Torre del Oro, en homenaje al protagonismo que tuvo un cántabro en la reconquista de Sevilla, echando abajo las cadenas que impedían el acceso por el Guadalquivir y que estaban ancladas desde esta Torre, nos referimos al marino Bonifaz, y él fue de alguna forma el precursor de la acogida que el Rey Fernando dispenso a todos sus paisanos, fomentando que echaran raíces aquí, y también cimentando los lazos entre las dos localizaciones. Este sentimiento, añado desde mi percepción, posiblemente errónea, sigue latente ya que todos los cántabros que he tenido el gusto de conocer han experimentado una especial sensibilidad al conocer Sevilla.
En un primer momento se significa en el escudo un trono vacío en el escudo, ya que Fernando III dice no ser merecedor de tal honor, sin embargo a su muerte el Concejo Sevillano decide su aparición, acompañan a ambos lados del trono los obispos San Leandro y San Isidoro.
También tienen un lugar los títulos que posee la ciudad. En la parte izquierda, aparece el de MUY HERÓICA. Otorgado por Fernando VII como muestra de agradecimiento por la lucha del pueblo sevillano contra las tropas del ejército napoleónico. En el ángulo superior izquierdo, encontramos el título de MUY NOBLE. Data de la época de San Fernando, y es el más antiguo de los que aparecen en el escudo. En el ángulo superior derecho, apreciamos el título de MUY LEAL. Es de la época del Rey Alfonso X “El Sabio”. Un poco más abajo de éste último encontramos el título de INVICTA. De tiempos de la Reina Isabel II, como agradecimiento a los sevillanos por su arrojo contra el General Espartero. Y finalmente, en el ángulo inferior derecho, está el título de MARIANA. Promovido por la Hermandad de San Bernardo, siendo el General Franco quien lo concede. Es el más reciente de todos.
A los pies de las representaciones reza: NO8DO, este jeroglífico emblemático de la fidelidad sevillana se relaciona con el Rey Alfonso X el Sabio, en guerra con su hijo Don Sancho por la corona, éste permitió que su padre permaneciera en la ciudad hispalense, y ésta a través de su Ayuntamiento veló por los intereses y necesidades del anciano hasta su muerte. En señal de reconocimiento y agradecimiento por su fidelidad la ciudad recibió este símbolo del Rey. Sevilla NO8DO, siendo 8 una madeja de lana, y leyéndose por tanto: Sevilla no- madeja-do (no me ha dejado).
Esta leyenda aunque curiosa y bella no está documentada, y tiene numerosos detractores, se dice que era imposible la madeja y se aluden teorías lingüísticas para explicar ese jeroglífico, incluso hay quien dice que no-madeja-do debería atribuírsele a su progenitor, el Rey Fernando ya que al entrar a Sevilla dedicó esta cita a la virgen María. Otra teoría sobre este lema explica que el símbolo NO-DO aparece en otras importantes ciudades religiosas europeas durante la Edad Media, refiriéndose a "El nombre de Dios" (Nomen Domini, en latín). Así el símbolo ∞ intercalado entre estas siglas no sería una madeja, sino un nudo (nodus en latín). Por otra parte, el estudioso y escritor Emilio Carrillo expone: "hay constancia documental sobrada para poner de manifiesto que el símbolo estuvo presente en otros edificios más antiguos, pero que desaparecieron con el paso del tiempo" como ejemplo figura el antiguo Cabildo de Sevilla, ubicado en el desaparecido Corral de los Olmos hacia 1439, antes de la más vieja que se conserva en 1.533 en el actual Consistorio.
El 27.12.2017 se celebró el pleno para dar oficialidad al escudo de la ciudad. Quizás esta representación de Sevilla guarda el honor de consensuar las voces del PSOE, del PP y de Ciudadanos, por vez primera desde las elecciones nos parecemos a Alemania. Pero el consenso no fue total, siempre hay opiniones discordantes encabezadas esta vez por Participa, partido político asociado a Podemos, entre las razones en contra argumentaban que “Sevilla es mucho más que la época de Fernando III el Santo, hay 22 siglos más y estamos distorsionando la historia”, exponiendo que debería haberse realizado un referéndum. En fin… ¡Que pereza dan los políticos.…!
Para finalizar y como curiosidad, hablando de escudos, es sintomático que otro escudo de una provincia española, concretamente Cantabria, recoja un monumento de la capital hispalense: La Torre del Oro, en homenaje al protagonismo que tuvo un cántabro en la reconquista de Sevilla, echando abajo las cadenas que impedían el acceso por el Guadalquivir y que estaban ancladas desde esta Torre, nos referimos al marino Bonifaz, y él fue de alguna forma el precursor de la acogida que el Rey Fernando dispenso a todos sus paisanos, fomentando que echaran raíces aquí, y también cimentando los lazos entre las dos localizaciones. Este sentimiento, añado desde mi percepción, posiblemente errónea, sigue latente ya que todos los cántabros que he tenido el gusto de conocer han experimentado una especial sensibilidad al conocer Sevilla.
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