Un conocido, de esos privilegiados a los que su puesto de trabajo les proporciona dinero por castigo, le comentó a una persona muy próxima a mí, que este otoño iba a pasarlo en la Toscana, el mejor sitio para permanecer en esta época del año y cuando terminara el invierno volvería a Sevilla ya que ésta es la mejor ciudad del mundo en primavera.
Es común entre los sevillanos hacer planes y visitar otros lugares en Semana Santa, sin pensar por un momento lo que dejamos atrás. Que le vamos a hacer si siempre queremos lo que no tenemos, si somos por definición “culos de mal asiento”. Pero el comentario expuesto anteriormente y sobre todo el discurso: "Elogio a la Primavera" evocado por Manu Sanchez en la celebración de la Rosa de Pasión de Cruz de Guía programa cofrade dirigido por Paco García (Radio Sevilla-Cadena SER) en su edición de 2018, me han recordado por si en algún momento se me había pasado por alto, las bondades de Sevilla en primavera.
Parafraseando a Manu Sánchez diremos que la primavera no viene cuando el calendario la marca, o cuando el Corte Inglés se empeña en anunciarla, sino cuando a ella le da la gana. Como todo lo bueno de la vida no renuncia al factor sorpresa, un día sin previo aviso y sin anuncio que valga uno sale a la calle y recibe una bocanada de azahar y una sensación de bienestar que le confirman que ya estamos en primavera. Sevilla la celebra y le da la bienvenida con sus fiestas antagónicas pero al mismo tiempo complementarias: una muy capillita, la Semana Santa Sevillana y otra pagana: la Feria, que como dice en “el Elogio a la Primavera” se permite tentar al diablo e incluso se bautiza a una de sus calles con el nombre de su hogar: Infierno. Y si esta estación se hace la perezosa y en los Pasos de la Semana Santa el tiempo aún no acompaña, como dice la canción “las lágrimas que el cielo derrame, Sevilla las recogerá”.
Es común entre los sevillanos hacer planes y visitar otros lugares en Semana Santa, sin pensar por un momento lo que dejamos atrás. Que le vamos a hacer si siempre queremos lo que no tenemos, si somos por definición “culos de mal asiento”. Pero el comentario expuesto anteriormente y sobre todo el discurso: "Elogio a la Primavera" evocado por Manu Sanchez en la celebración de la Rosa de Pasión de Cruz de Guía programa cofrade dirigido por Paco García (Radio Sevilla-Cadena SER) en su edición de 2018, me han recordado por si en algún momento se me había pasado por alto, las bondades de Sevilla en primavera.
Parafraseando a Manu Sánchez diremos que la primavera no viene cuando el calendario la marca, o cuando el Corte Inglés se empeña en anunciarla, sino cuando a ella le da la gana. Como todo lo bueno de la vida no renuncia al factor sorpresa, un día sin previo aviso y sin anuncio que valga uno sale a la calle y recibe una bocanada de azahar y una sensación de bienestar que le confirman que ya estamos en primavera. Sevilla la celebra y le da la bienvenida con sus fiestas antagónicas pero al mismo tiempo complementarias: una muy capillita, la Semana Santa Sevillana y otra pagana: la Feria, que como dice en “el Elogio a la Primavera” se permite tentar al diablo e incluso se bautiza a una de sus calles con el nombre de su hogar: Infierno. Y si esta estación se hace la perezosa y en los Pasos de la Semana Santa el tiempo aún no acompaña, como dice la canción “las lágrimas que el cielo derrame, Sevilla las recogerá”.
Poco cabe añadir, más que recomendar encarecidamente que se escuche este audio, lleno de verdad, porque Sevilla es así, de verdad. Y porque por fin ya ha venido la primavera, y como se dice en el audio…. Sevilla toma la calle y la primavera ha venido para quedarse, quedarse con la gente, porque los sevillanos no cumplen años, sino primaveras…
¡¡¡Que ya es primavera… “Joé”!!!
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