miércoles, 4 de mayo de 2016

Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla

Sevilla siempre ha sido terreno abonado para el toreo, desde los orígenes de la isla de Palos, que finalmente fue Híspalis, ya hay las primeras constancias de “juegos” con estos animales. La reconquista cristiana, en tiempos de Fernando III, supone la instauración de la de San Francisco como la plaza mayor de la ciudad. Consecuentemente aquí se celebran prácticamente todos los festejos, incluidos los taurinos.


 
Este lugar ejerce un poder de atracción a toda la chiquillería que reciben aquí su dosis de entretenimiento, que alcanza su éxtasis cuando se ofrece algún espectáculo con los toros. Unos graderíos móviles promueven la consideración del espacio como coso taurino y allí es donde existe constancia de las primeras corridas de toros. De los numerosos documentos que prueban este hecho, nos encontramos, por ejemplo, con la descripción del primer torero que encontró la muerte en esta plaza el 25 de mayo de 1534 en la obra El Rufián Dichoso de Miguel de Cervantes. Se señala el 1 de julio de 1478 cuando se celebran Fiestas Reales de toros en Sevilla, en este coso, para celebrar el nacimiento del segundo hijo de los Reyes Católicos. También hay documentos que prueban la celebración de corridas al menos durante el siglo XVI en la plaza del Duque.
El génesis de la Maestranza debemos buscarlo en tiempos de la reconquista, cuando los caballeros que acompañaron a Fernando El Santo en esta victoria fundan la hermandad de los maestrantes de la caballería de Sevilla. Cinco siglos después, Felipe V en 1730, un descendiente monarca de Fernando, simpatizante de todo lo relacionado con el ocio, el recreo y la fiesta concede a esta hermandad en una de sus visitas a la capital andaluza por su buen hacer en el arte de la guerra el privilegio de celebrar las corridas de toros.
 
Entre 1730 y 1760 se construyen y se derrumban cuatro plazas de madera, se dispone de un terreno en el barrio del Arenal, cerca del convento del Populo, en la elevación que origina el monte del Baratillo. Tres años después se decide levantar una nueva plaza, con graderíos y balcones, en esto no variaba de su antecesora, pero en lugar de rectangular se decide que sea ochavada. La experiencia, alimentada desde hacía dos siglos, ya con la Plaza de San Francisco, indicaba los peligros que suponían en la lidia el disponer de rincones. Así pues, se levanta la primera Plaza de Toros del mundo de forma circular. En 1739, otra plaza sustituye a la anterior, se continua con el rebaje del monte Baratillo, y se construyen sólo balcones y andamiadas, más acorde a lo que hoy vemos. En 1749 se le van uniendo a la plaza una serie de dependencias construidas de piedra y no de madera: carnicerías, caballerizas, casas y almacenes. En 1754 se prohíben los toros en España, y dos años después se desmonta el coso que aún perduraba. En 1759 la prohibición anterior es abolida y se levanta la cuarta plaza de Toros en el mismo sitio e intentando plagiar a su predecesora. Por fin, en 1761 la corporación de la Real Maestranza decide acabar con los gastos generados por una arquitectura efímera y decide iniciar la construcción de la plaza con materiales duraderos. Empiezan los proyectos de lo que actualmente conocemos como La Maestranza de Sevilla.

Azulejos que hablan sobre el inicio de las obras


Se ubican en el acceso a la calle de la Puerta del Principe

Pongámonos de pie, bueno yo si me disculpáis seguiré sentado, porque estamos ante el tercer monumento más importante de Sevilla, sólo superado por La Catedral y El Alcázar. Es el templo de la tauromaquia y poco más que añadir. Desde sus albores ha estado pensada para la celebración de fiestas taurinas, el edificio se encuadra dentro de un estilo tardo-barroca. Su construcción no ha sido sencilla, sino que se ha estirado en el tiempo de forma continuada. Desde el proyecto inicial, hasta la inauguración en 1989 del museo taurino alojado bajo las graderías del coso, han pasado muchas etapas, arquitectos: como Francisco Sánchez de Aragón, a quien hay que otorgarle el proyecto inicial de la obra, que describe un arco totalmente circular. Este plan se lleva rigurosamente a cabo hasta que en 1781 Vicente de San Martín desplaza el centro del círculo, acomodándose así al terreno habilitado y adaptar las dimensiones al toreo a pie, que ya se estilaba en aquel entonces. El resultado es la forma ovalada que presenta la planta de la construcción, aunque el efecto óptico nos lleve a engaño.

Juan Talavera intervino para concluir las obras de la plaza en 1881. Cerrando la arquería superior con la instauración de 40 balcones que cerraban la periferia del ruedo, anteriormente se había levantado bajo su supervisión el balcón de los diputados, así como cinco balcones más a la altura del reloj de la plaza.
Se mejoró el edificio con nuevas estancias como una entrada para el encierro de los toros sin que tuvieran que atravesar el ruedo; una extensa cuadra, una dependencia para los utensilios y guarniciones de la caballería,


la enfermería, la Capilla y la sala de descanso de los toreros; se mejoró el desolladero, nuevos almacenes bajo los tendidos,
diversos puntos de venta de billetes y otras ornamentaciones del edificio.
En 1914 Aníbal González, que posteriormente se encarga de la construcción de la sede de los maestrantes, casa anexa a la Plaza, y José Sáez López dejan su sello al encargarse de la nueva disposición del tendido con ladrillo vista, suprimiendo el palco de madera que antecedía al del Príncipe.

Reja originaria de Pedro Roldan, proveniente del Convento Regina Angelorum, que preside la Puerta del Principe, según Aníbal González dispuso.
A consecuencia de esta reforma la capacidad de la Plaza se ve mermada. En 1785 Carlos III prohíbe las corridas de toros en todo el país, por lo que la construcción se detiene durante seis décadas, antes se había dejado la Plaza con una parte descubierta que hacía las veces de panorámica dejando ver La Giralda y La Catedral.
En 1765, el encargo de Felipe V para que se levantara un palco para su vástago: el príncipe de España, se da por finalizado. Es por este motivo que tanto la principal puerta de La Maestranza como el palco al que se accede reciban el nombre del Príncipe.
Desde que el 12 de octubre de 1952 se abriera la Puerta para los toreros de aquella tarde: Luis Miguel Dominguín, Rafael Ortega y Antonio Ordóñez. El deseo de todo profesional que toreé en La Maestranza es salir a hombros por esta puerta. Como se puede dilucidar fácilmente, la construcción de esta Plaza de Toros es una historia ininterrumpida.

Aunque no hubo oficialmente una inauguración de la plaza, se acepta el 20 de abril de 1763 como el momento en que se empieza a utilizar este espacio para su cometido, este año se finalizaron las obras del cuerpo central de la plaza, la parte del Palco del Príncipe, concretamente. Cuentan las crónicas que entre el 21 y el 23 de abril de ese año pasaron por el negruzco pavimento, que por entonces se usaba en lugar del albero, 44 toros.
Cuando en 1847 comenzó la Feria de Abril, se adecuaron los festejos taurinos a dicho evento, y así ha seguido hasta la actualidad. La primera corrida feriante tuvo lugar un 17 de abril de 1847 fue acartelada por diestros de segunda fila, por aquel entonces la forma física de los toreros dejaba mucho que desear, aunque sus carnes rollizas no le impedían ejercer su técnica para la lidia. La plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla aún no había completado su cerramiento ese año, por lo que permitía contemplar la Giralda y la Catedral desde las gradas.

Acceso a la grada por los pasillos interiores.


pasillos de la segunda planta para ocupar las localidades
 
Recapitulando, contempla un aforo total de 13.013 localidades, repartidas en 12 tendidos: 4 de sol , 6 de sombra y 2 de sombra y sol.

Este ascensor se instaló en fechas recientes, en una de las últimas reformas que se acometieron en la Plaza.  Tuvo que pasar los años y hacerle falta a los maestrantes con avanzada edad para dar este servicio. Recuerdo como hace seis años compartí ascensor con "Antoñete".

 
En cuanto al graderio de abajo arriba tenemos como se ve en el esquema :

http://www.galeon.com/juliodominguez/2002/mae.htm

"BARRERA que cuenta con tres filas, TENDIDO que cuenta con trece filas, tras estos una fila de SILLON DE TENDIDOS ( en sombra son autenticos sillones con sus brazos de hierro y todo  )  en SOL son la ultima fila  .Arriba a modo de balcon ,con una barrandas de hierro PALCOS que hay cuatro filas y tras estos las GRADAS , bajo la bella arcada ."
  

 El palco Real que preside la puerta del Príncipe, es el eje de la plaza por el que aun lado discurren los tendidos pares y a otro los impares.118 arcos dan cabida a las gradas, a las espaldas de los palcos.




Finalmente y por  destacar algunas de las muchas fechas importantes de este coso, señalamos...
el 30 de septiembre de 1915 Joselito "El Gallo" corta la primera oreja de la Maestranza sevillana.
La afición sevillana ha vivido 3 indultos a lo largo de su historia. El primero fue de un novillo de nombre Laborioso lidiado el 12 de octubre de 1.965 por Rafael. El 30 de abril del 2011 José María Manzanares, ostentó el lujo de realizar su faena ante el segundo toro indultado, se le conocía por Arrojado. Finálmente en la feria de abril de este año el toro de nombre Cobradiezmos sigue disfrutando de la dehesa de los Victorino.
El cartel de 2014 fue lamentable, repleto de toreros de segunda fila, impropios de lidiar en esta plaza. Morante de la Puebla, El Juli, José María Manzanares, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante, pusieron como condición para seguir toreando en Sevilla que no continuara como empresario Eduardo Canorea, Este veto confirmó por vez primera la fuerza que las figuras del toreo pueden atesorar. Este altercado surgió por unas quejas del empresario relativas a los honorarios de los afamados diestros.
Y así podríamos seguir indefinidamente relacionando fechas y hechos destacados, porque si algo tiene este mundo son rituales, anécdotas e historias.


 
 
 


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