cartel de turismo de los 80. Junta de Andalucia |
Es común presenciar y más en periodo estival como las ciudades más importantes del mundo(París, Londres, New York, Barcelona, Roma, Estambul y un largo etcétera, así como algunos puntos costeros) se convierten en centros de atracción para visitantes de todos los sitios. Pero siempre no ha sido así. Antiguamente era inconcebible desplazarse a una localidad por algún elemento o virtud que hiciera atractiva la estancia. Pero algo cambio a partir de 1561, por vez primera una ciudad acogía a extranjeros venidos del viejo mundo simplemente con motivo de un evento programado en dicha localidad que no podía ser otra que Sevilla.
Así pues de alguna forma se puede afirmar que el turismo comenzó en esta ciudad, aunque ahora se aproveche el periodo vacacional para huir del calor sofocante.
La conquista del nuevo mundo propicio viajes comerciales con embarcaciones repletas de atrayentes y costosas mercancías. Estas naves eran fácil objeto de los piratas, que proliferaban su actividad usurpadora más y más. Para poner remedio los navíos ya no partían de Sevilla en solitario sino que organizaban expediciones y contrataban conjuntamente galeones para su defensa. Pero esto no impedía los saqueos piratas, que aprovechando ser mucho más ligeros y pequeños se movían astutamente abordando las embarcaciones más alejadas de los galeones expedicionarios, que cuando llegaban ya era demasiado tarde. Esto sucedía na y otra vez. Urgía buscar una solución eficiente, y se encontró. Se consideró espaciar más los viajes, dotando así a las expediciones mucho más numerosas de una fuerte y adecuada protección sin fisuras, desalentando a los ataques piratas que ahora se veían obligados a observar y a acompañar de lejos a lo que se denominó “la flota de las Indias”, y dominó las rutas comerciales entre el Nuevo Mundo y Sevilla(a partir de 1679 Cádiz se convirtió en el punto de partida, en detrimento de la ciudad del Guadalquivir), desde 1561 hasta 1778.
Durante la segunda mitad del siglo XVI y durante los primeros tres cuartos del XVII, la actividad comercial de la capital andaluza iba de la mano del calendario de salidas y llegadas de la Flota de las Indias o la conocida también como la "Flota del Tesoro Español" o "La Española”. El espectáculo y las oportunidades de negocio en que se envolvía la urbe convertían esta metrópoli en el centro del mundo.
Se había realizado un verdadero modelo de vía que resultó ser insuperable. Desde la Casa de Contratación se orquestaba la forma de preparar las flotas, su composición, su calendario, el número de buques que las compondrían, las ferias en las que venderían las mercancías,...
Un grabado del siglo XVI del Arenal, donde se contempla el puerto de Sevilla y se aprecia el único muelle o grúa que había para descargar los buques
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